Esta cocina que rezuma frescura con solo contemplarla pertenece a una antigua masía rehabilitada en Formentera, donde la modernidad ha sabido respetar los marcados criterios de tradición sabiamente protegidos en la isla.
Paredes de cal blanca, piedra y botánica autóctona, estructuras en madera vista, pavimentos continuos, zonas ventiladas de manera natural, y espacios muy abiertos dan forma a esta casa convertida en un auténtico paraíso vacacional.
La cocina, con un estilo entre naïf y mediterráneo, destaca por su gran altura, enfatizada por dos grandes lámparas textiles. Contrastan también las cortinas de lino que visten las puertas que conectan con el exterior, y algunos de los armarios del conjunto, frente a la madera clara del resto de la composición que unifica armarios y electrodomésticos. ¡Un espacio fresco e ideal para el verano!
Proyecto e información: Cortesía de KNOWHAUS.