Para el suelo, puedes elegir un revestimiento cerámico en un tono berenjena, similar al que predomina en tu cocina, o bien un suelo acabado en gris. Esta última opción no oscurecerá tanto el resultado final, ya que el berenjena es un tono muy intenso. Además, si te decantas por un gris en el pavimento, puedes pintar las paredes en blanco —siempre con pintura plástica—, que aportará luminosidad y resaltará aún más la encimera. Combina este color con berenjena y gris, bien en una pared —puedes pintarla entera, para delimitar alguna zona—, bien con una apuesta más atrevida en color. ¿Qué te parece pintar franjas de diferentes grosores en berenjena, gris y blanco? Quedará muy desenfadado y original y dará algo de dinamismo. Si te parece muy atrevido, prueba con una única franja en berenjena, sobre fondo blanco, y una más estrecha en gris. Aprovecha una columna para dar esta nota de color.