Esta casa de nueva construcción en Gante, Bélgica, no es una vivienda cualquiera, y es que su interior acoge una de las cocinas de concepto abierto más originales que hemos visto en la vida. Diseñada por el Estudio de Interiorismo Dries Otten para una familia con dos niños, la cocina destaca por el uso del color en bloques que se encargan de dividir ingeniosamente los diferentes espacios, donde también se disponen el salón y el comedor.
Al tratarse de una casa recién construida, los interioristas tenían miedo de que la decoración resultase demasiado fría e insípida, y plantearon el proyecto con el objetivo de añadir un toque de carácter que hiciese pensar en una vivienda con historia, como si llevara en pie varias décadas y el diseño hubiese evolucionado.
Para conseguirlo, otorgaron un acabado diferente a cada parte de la cocina, e incluyeron una zona móvil que pudiera utilizarse como isla central o como barra de bar para fiestas.
Dado que la cocina y el salón comparten el mismo espacio, los interioristas optaron por esconder el horno. De esta forma, nadie diría que se trata de una cocina a simple vista.
Consejo de expertos: El equipo de interioristas siempre apuesta por combinar materiales caros y económicos en el mismo proyecto. Así, los primeros se emplean para resaltar zonas concretas, y los segundos se utilizan como elementos funcionales, dando buena cuenta de que conseguir una cocina diez no es cuestión de invertir una fortuna.