La rehabilitación de este céntrico piso madrileño obró milagros, tanto por la sorprendente sensación de amplitud como por la potenciación de la luz natural. El diseñador Nacho Olive, de Diseño Interior, inició el cambio derribando todos los muros posibles, para partir de una planta diáfana que distribuyó de nuevo con ayuda de la empresa Betrasam. El propietario, un hombre joven y soltero, solicitaba espacios despejados, masculinos y con mucha luz natural. En sintonía con esta petición, la vivienda luce hoy una distribución basada en la tradicional planificación de un apartamento de soltero, con un único dormitorio, un cuarto de baño y un salón comedor muy amplio.
Como recurso para delimitar los espacios comunes sorprende el original cerramiento que independiza la cocina; se trata de una liviana estructura metálica, con puerta corredera y grandes paneles de cristal transparente, que actúa como barrera para evitar la salida de humos y olores, pero que mantiene la unidad visual. Otro concepto básico tras la reforma es la continuidad decorativa, que se alcanzó en parte gracias al mantenimiento de idénticos acabados en toda la estructura; destaca el elegante suelo de roble elegido para toda la casa, en contraste con el blanco roto de las paredes —incluso los azulejos de la cocina y el baño— en todos los espacios, excepto el dormitorio, en un tono visón muy atractivo, ideal para una habitación masculina.
El éxito decorativo del dormitorio se basa en la adecuada selección de dos únicos colores para todo el ambiente: blanco como acabado para los muebles y la carpintería, y un sugerente tono visón en las paredes y la ropa de cama. También el único cuarto de baño de la vivienda disfruta de un interiorismo atrevido, cuidado y rotundo gracias a la mezcla de colores; en este caso blanco y negro acompañados de marcados detalles de factura vintage.
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Vajilla con adornos navideños
Materiales nobles y acabados sobrios definen el ritmo decorativo de este piso madrileño, que tras una reforma integral luce mucho más luminoso y adecuado a las necesidades de su nuevo propietario.
Con la reforma se abrieron nuevos ventanales que garantizan la entrada de luz natural lo que, además, permite una deco exitosa, basada en tonos chocolate y maderas oscuras. Sofá, de Ikea. Mesa de centro, de Maisons du Monde. Lámpara diseñada por Enrique Bravo. Persianas, de El Corte Inglés. Cortinas, de Pepe Peñalver.
El nuevo planteamiento facilita la comunicación visual entre los espacios, reforzada por la presencia de la tarima de roble envejecido. Son las alfombras
las responsables de delimitar cada espacio.
Butacas, de Maisons du Monde. Espejo, diseñado por Nacho Olive. Alfombra, de Jacaranda. Aparador adquirido en El Rastro Madrileño.
En el comedor se alternan muebles y complementos de estilos variados, con predominio de lo retro.
El conjunto final se muestra equilibrado y acogedor.
Mesa de comedor en roble envejecido diseñada por Nacho Olive. Cortinas, de Pepe Peñalver. Persianas, de El Corte Inglés. Complementos y adornos, de Ikea y Canterano.
Sofá, de Ikea. Cojines, de Nya Nordiska, MCH y
C&C Milano. En primer plano, centro de Navidad con adornos de Ikea y Canterano. La mesa de comedor en roble envejecido es diseño de Nacho Olive.
La reforma dio como resultado un gran espacio diáfano que permite el libre flujo de la luz natural y la comunicación visual plena entre ambientes.
Distribución del plano de la reforma del piso.
Grandes paneles de cristal
Independizar la cocina sin perder la unidad, se realizó a medida un original cerramiento de estructura metálica acabada en negro y con grandes paneles de cristal transparente. Una original idea que, además, saca todo el partido a la luz natural.
Muebles blancos de aire vintage
La elección de una cocina de diseño sencillo y luminoso fue básica para su integración en el resto del espacio. La protagonizan los muebles blancos y los electrodomésticos de aire vintage. Muebles de la cocina diseñados con la colaboración de Dismuco. Electrodomésticos Balay, Fagor y Whirlpool. La guirnalda navideña se adquirió en Canterano.
Cerramiento de diseño industrial
El cerramiento de diseño industrial que delimita la cocina enriquece el espacio completo. Como office, para comidas rápidas y desayunos, se optó por rescatar un escritorio antiguo y combinarlo con las emblemáticas sillas Eames, en policarbonato negro.
Butacas modelo Copacabana, de Maisons du Monde.Cocina diseñada con la colaboración
de Dismuco.
Zapatero metálico acabado en blanco
Una gama de tonos suaves reina en el dormitorio. El suelo de roble pone la necesaria nota cálida al ambiente. Lámparas acabadas en cobre, de Enrique Bravo. Butaca de fibra vegetal, de Non Vacui, en El Rastro madrileño. Zapatero metálico acabado en blanco, de Ikea. Cortinas, de Maisons
du Monde.
La demanda principal por parte del propietario fue conseguir ambientes bien decorados, pero de inequívoco estilo masculino. El mestizaje de muebles modernos con otros de herencia o rescatados de mercados de antigüedades, marca el acertado ritmo decorativo de la vivenda.Así mismo la correcta elección de una paleta de color, con los blancos y tonos visón como base y marcados detalles en
negro, fue clave a la hora de apostar por un interiorismo elegante, sobrio y cálido.
Un intenso color visón viste las paredes del dormitorio en contraste con el blanco de la carpintería y los textiles. Las necesidades de serenidad, capacidad de almacén y luminosidad conviven dentro del mismo espacio. Ropa de cama en tonos blancos y marrones, de Sandra Marques. Mantas, de MCH y Nya Nordiska. Lámpara, de Enrique Bravo.
Mueble de baño pintado en blanco
En el cuarto de baño destacan los revestimientos: un zócalo de azulejos blancos, combinado con pintura en gris antracita, refuerza la presencia
de la luz natural; y la madera del suelo, la sensación de calidez. Mueble de madera pintado en blanco y espejo vintage, de Maisons du Monde. Cerámica y grifería, de Azulejos Peña. Apliques de acero, de Enrique Bravo.
Sillas negras y alfombra blanca
El éxito decorativo se basa en la adecuada selección de dos únicos colores para todo el ambiente: blanco como acabado para los muebles y la carpintería, y un sugerente tono visón en las paredes y la ropa de cama. También el único cuarto de baño de la vivienda disfruta de un interiorismo atrevido, cuidado y rotundo gracias a la mezcla de colores; en este caso blanco y negro acompañados de marcados detalles de factura vintage.
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