Hearst
A la pareja francesa de propietarios de este piso les encanta viajar y desde hace años se escapan a Barcelona siempre que pueden. Cansados de estancias en hoteles, siempre impersonales y que te recuerdan que estás de paso, decidieron hacerse con una segunda residencia en la ciudad condal. Y en esa decisión estaban cuando apareció el cartel colgado de un piso antiguo. Antiguo, sí, pero con posibilidades. Las que vieron ellos y que trasladaron al estudio Egue y Seta, encargados de toda la remodelación y transformación de la casa.
Adiós tabiques innecesarios, hola espacios comunes, comunicados, abiertos y compartidos. ¡Esto es un hogar! De diseño, con estilo y mucho gusto, una decoración que invita a quedarse. Dos dormitorios, con dos baños. Por si la pareja propietaria trae algún invitado, que éste también se sienta como en casa. Así quedó este piso, para cuando sus propietarios deciden cambiar el Sena por el Mediterráneo. ¡Un buen plan en 78 metros cuadrados!
Egue y Seta: www.egueyseta.com
Fotografías: www.vicugo.com
Publicidad - Sigue leyendo debajo
¡Adiós tabiques! No son necesarias estancias compartimentadas y delimitadas. Es mejor aprovechar los metros y los espacios y ganar sensación de amplitud. En la zona común, un estar con comedor y cocina integrados. Todo en uno. Solo la cocina queda delimitada, no solo por el mobiliario, sino también por el revestimiento del suelo.
Acabado para el mobiliario
La zona de estar queda delimitada por un sofá con chaise longue en tono gris. La alfombra también delimita el espacio, que da la espalda al comedor y a la cocina. Todo el mobiliario en madera da continuidad.
Sofá, alfombra y mesas auxiliares, de Habitat.
En las paredes se combinan diferentes acabados, papeles pintados, pintura, ladrillo visto, azulejos, mosaico... ¡Cuánta variedad! Pero Egue y Seta, encargados de reformar este piso, no se olvidaron del blanco en las paredes y en todo el techo que deja a la vista vigas y vigas. Aquí, menos presente el white concept. En los dormitorios es otro cantar.
Comedor junto a la cocina
Vista del comedor, junto a la cocina, por practicidad y para que las reuniones sean cómodas y se compartan momentos.
Detalle de los revestimientos del suelo
Detalle de los revestimientos. La madera Roble de Winco, en toda la vivienda, que en la zona de la cocina se adapta a una baldosa hexagonal en varios tonos (gris, negro y blanco) es el modelo Exagonal, de Equipe.
Sobre la mesa, un par de lámparas de techo con pantalla jaula u bombillas de filamentos vistos. Tendencia.
Una mezcla con estilo: madera en la mesa y negro en las sillas. Un comedor enmarcado por la pared de ladrillo visto, que continúa hacia el área de la cocina.
Mesa y sillas, de Habitat. Lámparas, de Natura.
Isla de cocción entre la cocina y el comedor
La iluminación es fundamental para crear ambiente y delimitar zonas.
Entre el comedor y el frente de la cocina, adosado a la pared, una isla de trabajo, que acoge el horno, mobiliario de almacén y la placa de cocción. Encima, una campana extractora.
Taburetes de la cocina, de Superestudio.
En el frente de la cocina la pared se ha revestido con una baldosa imitación hidráulico, de Neocerámica. También el mobiliario de la cocina, al estar totalmente integrado en la zona común, se ha cuidado especialmente. Luce la misma línea que el resto del mobiliario: madera y toques en negro en la encimera.
Mobiliario de cocina, de BC3 Cocinas.
Barra de comidas rápidas con taburetes
En un extremo de la isla de cocina, la encimera vuela a modo de barra de desayunos, con taburetes. Aunque el comedor queda cerca, en ocasiones es más práctico desayunar rápidamente en la barra o compartir charlas mientras se prepara la cena antes de pasar al comedor.
Detalle de la isla con enchufes en un lateral para enchufar los pequeños electrodomésticos.
Vista del distribuidor de la zona de descanso, donde se ubican los dos dormitorios, uno de ellos con baño integrado, y otro de los cuartos de baño.
Aquí se aprecia el único armario grande de la vivienda, "escondido" tras frentes de espejo dentro del cuarto de baño. Al tratarse de una segunda residencia, donde la ropa llega en maletas, es suficiente con cajones en los dormitorios y un único armario. Así se gana amplitud en las estancias.
Todo en madera, con una base muy neutra y suave, sobre la que destaca la ropa de cama en tonos grises y azulados.
Al tratarse de una segunda residencia, no hay armarios. El espacios destinados a los dormitorios se decidió en función de la ubicación de las bajantes, que marcaban el lugar de los baños. A partir de ahí se dividió.
Así la vivienda cuenta con muchos cajones pero solo un armario. Aquí, mesillas, cómoda y cajones en la estructura de la cama.
Cama, mesas y cómoda, de Habitat.
En el dormitorio, sin duda el cabecero, acapara miradas. Se trata de un medio muro de obra, empapelado, sobre un fondo de cemento gastado. La iluminación también lo decora, con un juego de luces en varios planos. Sobre la mesilla también cae la luz.
La mesilla y su iluminación
Detalle de la mesilla, un diseño en madera con patas altas y cónicas (entre nórdico y retro) con tiradores dispares.
Con la lámpara de techo que cae sobre la mesilla, su superficie queda despejada para colocar los objetos deco como la plantita.
Papel pintado, de Tres Tintas. Lámparas, de Superestudio.
La importancia de los cerramientos
En la reforma, el estudio encargado del proyecto, prestó atención al aislamiento no solo térmico sino también acústico que proporcionaban los cerramientos. Se trataba de garantizar el descanso con ventanas con aislamiento doble, rotura de puente térmico y acústico, realizadas en pino melis ignífugo e hidrófugo.
Ventana, cómoda y acceso al cuarto de baño principal. Silla, de Superestudio.
Con luz natural. Se accede por un panel corredero y se decora en las mismas tonalidades que el resto de la vivienda. La madera sigue siendo protagonista.
El mueble es de chapa de madera en acabado roble natural. La enciemra es de Silestone. En el suelo y en las paredes, revestimientos de Neocerámica. Grifería, de Ramon Soler. Inodoro, de Roca.
Baño principal con ducha de obra
En el baño principal, el suelo se oscurece. En las paredes un revestimiento neutro para no saturar. Al fondo, el suelo se prolonga en la pared para acortar el baño de planta alargada. Ahí, la ducha de obra con mampara de cristal transparente.
La iluminación de nuevo plantea un juego inteligente y cálido.
Más pequeño, con luz natural y papel pintado en la pared en la que se apoya la cama.
Mobiliario, de Habitat. Silla, de Superestudio y papel pintado, de Tres Tintas.
Este cuarto de baño se decora en color blanco, tímidamente conquistado por los azules verdosos en la zona de la ducha.
Se mezclan baldosas hexagonales en el suelo con azulejos rectangulares en las paredes, colocados en un juego en zigzag.
Revestimientos, de Equipe. Lavabo, de Catalano. Inodoro, de Roca. Grifería, de Ramon Soler.
A la izquierda según se accede un armario con frentes de espejo. Al fondo la ducha y a la derecha el inodoro y el lavabo.
Grifería mural, un lavabo mini que se divide entre lavabo y encimera y un espejo que "flota" en la pared.
Detalle de los azulejos de la ducha
Detalle de los azulejos de la zona de la ducha, que abandonan el blanco de la zona inferior por el verde y el azul verdoso en la superior, junto al techo.
Publicidad - Sigue leyendo debajo