Tras haber trabajado más de diez años en una empresa de relaciones públicas, Caroline —la propietaria de esta casa— dio un giro profesional de 180º a su carrera para consagrarse en cuerpo y alma a su pasión: las antigüedades y, especialmente, al estilo vintage por el que siente auténtica devoción. Hace ya un año, Caroline creó la tienda on line www.hivingroom.com, todo un escaparate de muebles y piezas de distintas décadas llegados de depósitos o mercadillos. Algunos de ellos ya redecoran su casa, un pequeño apartamento de 40 m² situado en París. A pesar de sus reducidas dimensiones, Caroline ha sabido sacarle todo el jugo a cada rincón.
La casa cuenta con un mini distribuidor que conduce por la derecha a la cocina y al baño, ambos diminutos, y por la izquierda a una gran sala de estar que, sin duda, es la reina de la casa. Este espacio está dividido en ambientes: por un lado, el acogedor salón con chimenea, escritorio y un rincón de lectura, y por el otro, el comedor y el dormitorio. Cada zona está amueblada con los elementos precisos, lo que le da al piso máxima funcionalidad y sobriedad. La vertiente divertida llega de la mano de objetos decorativos singulares: muñecas, un E.T, versiones de la mítica sopa Campbell, letras luminosas, frascos de laboratorio, espejos de sol, fotos enmarcadas de antepasados… Todo un universo lúdico que define a su dueña y en el que parece que todo vale, ¡siempre y cuando sea vintage!
El principal objetivo que se marcó la dueña de la casa a la hora de remodelarla era dotarle de alma, darle personalidad propia. Y qué mejor que amueblarla con ese estilo vintage por el que siente auténtica pasión. La búsqueda de muebles y objetos por mercadillos, depósitos y tiendas on line de Francia y Reino Unido fue ardua hasta conseguir originales piezas que abarcan desde los años 20 hasta los 70, como el sofá, la butaca, el maniquí o la mesa baja. Una vez adquiridas, destaca su restauración minuciosa, en la que Caroline pone todo su empeño. La elección de las piezas no es casual, está perfectamente pensada para maximizar las posibilidades de cada rincón del pequeño apartamento. Algo que consigue al seleccionar muebles ligeros y prácticos, que evitan la sensación de agobio; como el aparador, la mesa de comedor o el sillón de ratán. Ese mismo carácter funcional hace que ubique elementos en lugares distintos, como el caso de la alacena en el baño o las letras magnéticas en el frigo.