Conocida afectuosamente como la casa de las tres efes por los nombres de sus propietarios —François, Fabienne y su hija Fanny— sus dueños la descubrieron cuando buscaban una vivienda en el campo. No fue un amor a primera vista, pero supieron adivinar el potencial que tenía. “Angosta, la fachada, llena de grietas, solo tenía dos ventanas. Era muy oscura, y decidimos crear un mirador de 8 metros de longitud para que entrara la luz”, nos comenta Fabienne. Otro inconveniente era que la planta baja tenía siete habitaciones. “Yo no quería particiones, sino un espacio abierto que comprendiera el salón, el comedor y la cocina”, aclara la dueña.
Las transformaciones que planeaban los dueños requirieron el consejo de su arquitecto, Denis Ranjard. La escalera de la casa se encontraba en el centro y entorpecía el paso. Por eso se sustituyó por una nueva, que se adosó a la pared y liberó un espacio diáfano donde se ubicaron el salón, el comedor y la cocina. Por último, sobre la primera planta —reservada a dormitorios y baños— se añadió una nueva estructura de madera que se utiliza como desván.
La impresión de encontrarnos en una casa de vacaciones se logra a través del color, “una segunda piel para mí y un maravilloso antídoto contra el malhumor”, comenta Fabienne, diseñadora e ilustradora profesional. La fachada se pintó en celeste, un tono que potencia la sensación de casa de vacaciones. Y en el interior, el colorido se crea a través de muebles y complementos que destacan sobre las paredes de madera pintadas en blanco. Combinados hasta el mínimo detalle, logran una casa divertida y alegre, tal y como soñaban sus dueños.
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Los muebles y complementos en color destacan sobre la pared blanca. Detrás del sofá con cojines rosas -a tono con la lámpara de pie- una balda con poco fondo exhibe jarrones multicolor y sirve de soporte a una guirnalda luminosa.
Sofá, de La Redoute. Cojines tapizados con telas de Designers Guild. Mesa, de La Bulle Verte. Lámparas: de pie, similar en Maisons du Monde; la transparente es el modelo Bourgie, de la firma Kartell.
Para Fabienne, la dueña de la casa, “un objeto en solitario no me interesa; solo tiene sentido cuando se repite y crea una atmósfera viva e interesante en la habitación”. ¿Un ejemplo? Los jarrones de diversos colores que se suceden sobre la balda del salón.
Este material habitualmente se usa en el exterior. En este caso, su elección para amueblar el salón es intencionada, ya que los sofás se utilizan como nexo entre el interior y el jardín, que se funden a través del mirador.
La planta baja original contaba con siete habitaciones. Tras la reforma se derribaron los muros innecesarios y la escalera se trasladó hacia un lateral para que nada interfiriera en la nueva distribución: un espacio en el que estar, comedor y cocina se suceden.
El banco infantil decorado en lila se compró en Vertbaudet. La consola que separa la zona de estar del comedor la tenían los padres de la propietaria. Repintada varias veces, ha pasado por turquesa, naranja... hasta llegar al verde manzana actual.
La planta baja de la casa solo tenía dos ventanas. Los propietarios sustituyeron los muros por un mirador de ocho metros de longitud que permite el paso de la luz natural hacia el interior y ofrece unas magníficas vistas del jardín. Sobre el mirador se aprecia la fachada de madera: los listones ocultan los materiales originales -yeso y caliza-, que se encontraban en pésimas condiciones. Pintada en azul celeste, transmite alegría y evoca las viviendas de la costa.
Dentro de la casa, los muros se revistieron con tablones de madera sin tratar, en diferentes tamaños, y se pintaron en color blanco.
Las paredes reflejan la luz natural que entra desde el jardín -en el salón, multiplicada gracias al espejo-. Los tablones, al tener un formato horizontal, dan la sensación de que
el espacio es más amplio.
Su versión tamaño XXL es un guiño al universo del cuento Alicia en El País de las Maravillas, de Lewis Carroll. El modelo, expuesto sobre la consola, se repite hasta tres veces como un recurso decorativo original y lleno de humor.
Tazas gigantes, en www.regalos21.com
Rincón acogedor bajo la escalera
Aprovecha el espacio inferior para colocar un banco, un aparador o, como en este caso, el rincón musical con un piano. Si incluyes un punto de luz, podrás iluminar la zona y el ambiente ganará encanto.
Una original pieza decorativa
Si los dueños quisieran tomar en ella un café, necesitarían 200 tazas de expreso para llenarla. Las tazas gigantes tienen una misión decorativa: captar la atención y sorprender. Pero también se les puede encontrar una aplicación práctica como frutero, ensaladera o centro de mesa.
El comedor tiene un aire festivo gracias a su vivo colorido: alrededor de la mesa se colocaron sillas en diferentes tonos. Los propietarios se inspiraron en esta paleta cromática para pintar los marcos de los fotografías situadas en la pared, al pie de la escalera. Sillas La Marie, diseñadas por Philippe Starck para la firma Kartell. Sobre la mesa, juego de café decorado con mariposas, de Fleux.
Vasos inspirados en la naturaleza
Potencia el encanto de una casa de campo con menaje inspirado en flores, pájaros... Estos vasos realzan la sencillez de su diseño blanco con mariposas de silicona. Son de www.fleux.com
Al ser una casa de vacaciones, la barra se diseñó para preparar cócteles con los amigos. Su altura, perceptible en esta imagen, es perfecta para acodarse en ella y, una vez listas, salir al jardín a saborear las copas.
Cocina detrás de la barra
Se ubicó la cocina. La barra y el mueble del fregadero se realizaron con ladrillos vistos, que encajan bien con las paredes pintadas en blanco. Sobre la barra se fijó una balda de madera que incluye halógenos: en la parte superior se situaron botellas de colores y la inferior incluye raíles para colocar las copas por la base.
Alegres objetos decorativos
Cuando platos, vasos y cubiertos tienen un diseño muy llamativo, no hace falta esconderlos dentro de un armario. Colócalos bien ordenados y se convertirán en alegres objetos decorativos.
El arquitecto que se encargó de la reforma, Denis Ranjard, planificó una escalera ligera, con peldaños de arce. La ausencia de contrahuellas y el diseño de las barandillas permite el paso de la luz a través de la estructura, que aporta así una dosis extra de luminosidad. La pared que acompaña a las escaleras a lo largo de los tres pisos que tiene la vivienda se convierte en una galería, con fotos de la familia y los amigos enmarcadas.
Dormitorio infantil de niña
En él predomina el color rosa sobre el fondo blanco. La litera permite a su pequeña propietaria invitar a dormir a sus amigas.
Aunque Fanny habitualmente utiliza la cama inferior, ésta se transforma de día en un cómodo sofá, perfecto para leer y relajarse sobre mullidos cojines de múltiples diseños y colores.
Los cojines y el plaid son de la firma Designers Guild, de venta en Usera usera.
En su dormitorio, los propietarios decoraron la pared donde se apoya la cama con los retratos de papá y mamá realizados por su hija. La dueña pintó personalmente las mesillas, la cómoda y los marcos de las fotografías -en la imagen de la derecha- con una combinación de dos tonos, azul celeste y verde manzana, para que el ambiente resultase equilibrado y armónico.
Cojines y colcha, de Designers Guild, de venta en Usera Usera.
Paredes llenas de fotografías
La pared situada frente a la cama se amuebló con una cómoda y una composición de fotografías familiares que se adapta a la forma del tejado a dos aguas. Los formatos de las imágenes, verticales y horizontales, y la alternancia de marcos verdes y celestes, dan dinamismo a la pared.
La paleta de color utilizada en muebles y complementos, con tonos pastel y vitamina, logra que la familia y sus invitados sientan que disfrutan de una casa de vacaciones todo el año.
El mapa de Córcega creado por la propietaria es el punto focal en el cuarto de baño. Fabienne traslada sobre papel, porcelana o loza cualquier diseño. El color turquesa del Mediterráneo entona con el color del suelo y con el mueble de obra, revestido con teselas, que se prolonga en el frente de lavabo.
Plano e ideas de la reforma
CLAVES PARA UNA CASA ACOGEDORA
- Las paredes cobran vida gracias a las fotografías que recuerdan los mejores momentos con familiares y amigos. Exhibidas en composiciones, sus marcos se pintan en colores que armonizan con cada ambiente: con las sillas del comedor en la planta baja, con la cómoda en el dormitorio de los dueños y en una sutil combinación de tonos que sirve de nexo decorativo en los tramos de las escaleras.
- El mirador ofrece una magnífica perspectiva del jardín desde el salón, el comedor o la cocina. Las barreras entre exterior e interior se funden: incluso dentro de casa ¡parece que estamos en plena naturaleza!
- La paleta de color utilizada en muebles y complementos, con tonos pastel y vitamina, logra que la familia y sus invitados sientan que disfrutan de una casa de vacaciones todo el año.
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