En un edificio construido en los años veinte se encontraba este piso, de 90 m², que tenía una distribución pésima y muy compartimentada. Sin embargo, contaba a su favor con techos altos y una excelente ubicación en un barrio céntrico de Madrid, acorde con el ritmo de vida de sus propietarios, una pareja que lo compró porque vio sus posibilidades. De la reforma y la nueva decoración se encargó el estudio Dimensi-on, que proyectó una distribución novedosa y práctica, para integrar los muros de carga paralelos a la fachada.
Una de las claves del proyecto, que ha transformado por completo la vivienda, fue crear una zona común separada por un muro, pero comunicada mediante amplios vanos abiertos a ambos lados. Ahora la zona de estar —con acceso al dormitorio principal, que integra vestidor y baño—, mira hacia la fachada, con ventanales balconeros. Hacia el interior, detrás del muro, se creó un espacio diáfano, que comparten comedor y cocina, pero que también es zona de paso obligada para el resto de estancias. Por esa razón, es un ambiente con una estética impecable, que rompe con la imagen de una cocina tradicional.
Sorprende en ella el efecto óptico creado con espejos, la campana oculta en el falso techo, el neón circular de la pared y la fusión de suelos dispares, como el hidráulico retro y la tarima de lamas. También los dormitorios y los baños guardan algunas sorpresas deco. En los primeros, los papeles pintados focalizan la atención con sus marcados contrastes. En los segundos, los lavabos metalizados son las piezas de luxe, que elevan el nivel decorativo.
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Una casa moderna con patio y aires vintage

Una casa de campo moderna, luminosa y fresca

Una casa modernista restaurada con encanto

Enamórate de este piso pequeño pero encantador