Micasa
Cuando Margot y Gonzalo emprendieron la búsqueda del que sería su hogar sabían que se enfrentaban a una ardua tarea: localizar un piso de alquiler en una zona céntrica y bien comunicada de Madrid y que contase con mucha luz (una de las premisas principales). Soñaban con un lienzo en blanco sobre el que escribir su historia. ¡Lo encontraron!
Ésta es su casa, un piso antiguo reformado, preparado para adquirir forma: paredes y carpintería en color blanco, suelo de tarima de madera, techos altos y dosis ingentes de luz a cualquier hora del día. Sin grandes pretensiones en cuanto a los metros (apenas 68 m2), los propietarios decidieron el uso de cada ambiente en función de sus necesidades personales. Así, desde un recibidor demasiado pequeño para saturarlo con muebles se accede a una estancia principal desde la que se organizan tres habitaciones, un baño y una cocina.
En una distribución convencional es precisamente ese espacio central de paso el que acogería el salón, sin embargo, esta joven pareja decidió ubicar el comedor, concebido no solo como un lugar donde reunirse alrededor de una mesa y alargar las sobremesas, sino también como un centro de trabajo compartido. Ellos imaginaban el estar más íntimo y personal, alejado del paso, por lo que no dudaron en en trasladarlo a una de las habitaciones. En el acogedor saloncito, Margot y su pareja, ambos arquitectos, comparten muchos momentos de relax, pero también de trabajo, puesto que junto al mueble de los audiovisuales se ubica el escritorio.
Las otras dos habitaciones, contiguas entre ellas, se han decorado como dormitorio principal y vestidor. Su pasión por las piezas de diseño y el apoyo a diseñadores emprendedores se siente en el fresco interiorismo del que hace gala todo el piso a través de piezas contadas, de líneas minimalistas e inspiración nórdica; otros muebles de diseño (las sillas son tesoros) y muchos complementos que personalizan la vivienda. Siempre con un concepto presente: que los muebles encajasen en este piso, pero se adaptasen a cualquier otro espacio en un futuro.
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Margot y Gonzalo quisieron que la estancia central de la casa la ocupase un comedor espacioso, concebido como lugar de reunión y de trabajo, alrededor de una mesa. Al ser una zona de paso, creyeron que no gozaba de la tranquilidad que para ellos requería un salón y que, sin embargo, resultaría espaciosa para su objetivo. Mesa, de Bloomingville. Carrito, balda y lecheras, de Ikea.
Letra luminosa en azul verdoso, de la tienda Hermanas Bolena. Entre las sillas hay una pareja nueva, otra recuperada y pintada en color blanco y una tercera pareja adquirida en la página web Soluciones Diez. Alfombra, de Kenay Home.
Flores naturales, de Floreale.
Es uno de los rasgos que definen el interiorismo de esta casa. Los adornos y complementos se agrupan sobre los muebles. Taburetes, de Maisons du Monde.
La lámpara de techo es un diseño de Ikea
pintado en color azul.
La habitación que comunica directamente con el comedor acoge un sofá, un mueblecito para el televisor y una mesa de trabajo. Así, mientras uno descansa, otro puede trabajar.
Sofá Madison y cortinas, de Privium, de venta en El Corte Inglés. Lámpara de pie, de Ikea. Mesa auxiliar, de Søstrene Grene. Cojines, de Society 6 y otros DIY.
En esta vista se aprecia la comunicación del salón (ubicado en una de las habitaciones) con el comedor y éste, a su vez, con el recibidor. El tono del suelo de madera caldea toda la vivienda, confiere unidad y matiza el total white. Estantería Billy, de Ikea. La mesita auxiliar en color negro es recuperada. Manta de hilo rosa, de Designers Guild, en Usera Usera. Flores, de Floreale.
Una mezcla viva pero en tonos que no rebasan el nivel de intensidad necesario para que todos
conviva en armonía. Cojines, de Society 6
y realizados a mano en croché con trapillo.
Esta casa luce combinaciones sencillas de color. Al blanco se suma el amarillo mostaza o el azul verdoso. Son las flores las que se cuelan en el bodegón con chispazos diferentes. Flores, de Floreale.
Escritorio y estantería, de Ikea. Reloj Flap, de Habitat. Hucha de cerdito, de venta en Muji. Cubo papelera azul, de Kenay Home.
Margot y Gonzalo recorren tiendecitas en busca de hallazgos con los que decorar los rincones de su casa. Cada descubrimiento, adquirido con cariño, suma. Se decantan por la originalidad y el talento de jóvenes emprendedores. Perrito de cartón, de Milimetrado, en Curiosite.
En el comedor se prestó especial atención a las dimensiones de la mesa, de manera que no entorpeciera la zona de paso desde el recibidor hacia el resto de las estancias. Desde el primer momento Margot y Gonzalo tuvieron claro que querían acompañar la mesa de seis sillas desparejadas, que añadieran un toque desenfadado. Un aparador completa la decoración.
Aparador, adquirido en Venta Única. Jarrones y alfombra, de Kenay Home. La letra & se vende en la tienda de Hermanas Bolena.
Margot y Gonzalo se encontraron la cocina tal y como se muestra en la imagen: muebles distribuidos en forma de L y sin módulos altos, para que la sensación de amplitud fuera mayor. Eso sí, cuentan con una pequeña despensa contigua a la que se accede desde la cocina. Reloj de pared, de Society 6. Balda de madera y vajilla, de venta en Ikea. Báscula, de la firma Bloomingville.
Detalles prácticos en la cocina
La superficie de la encimera se ha aprovechado como zona de almacén extra con paletas y cubiertos de cocinar al oreo y las verduras en una cesta, donde respiran. Estuche Bonito, de Don Fisher.
Un dormitorio con lo imprescindible
Una cama, una cómoda y nada de mesillas simétricas. En su lugar, una estantería tipo escalera y un taburete de diseño, adquirido en uno de los viajes de la pareja. En un conjunto donde predomina el blanco y discretas pizcas de color, destaca la madera del cabecero, un diseño DIY realizado con tablones. Cojines, de Ikea y de Kenay Home. Manta de lana y aplique, de Ikea. Colcha en coral, de Kenay Home. Estantería, adquirida en Mimub. Cesto de fibra y mini cajonera de madera, de Ikea. Alfombra, de venta en Brico Group.
En el dormitorio se han creado rincones con un plus de belleza... La unión de piezas de tendencia con detalles handmade: un cabecero de madera recuperada contrasta con estilo con la estantería tipo escalera que se ha usado a modo de mesilla.
En este espacio la silla Thonet actualizada con calcetines de pintura, crea un bonito contraste con el perchero de líneas más modernas. Espejo y perchero, de Ikea. Silla, adquirida en un anticuario. Alfombra, de Kenay Home.
En el vestidor se ha creado un coqueto y delicado rincón de tocador con una cómoda y un espejo redondo de pared. Espejo, cómoda Malm, jarra y portavelas, de Ikea. La taza Pantone se vende en El Corte Inglés.
Reformado en la misma línea que el resto de la vivienda: tonos neutros y sencillez. El baño se distribuye en una amplia zona de ducha, inodoro y lavado retro. Su decoración se ha resuelto con detalles coquetos.
Plano e ideas de la reforma
- Blanco, luz y espacio. Un trío que funciona, encaja y se complementa. Habitaciones espaciosas que ven multiplicados sus metros gracias al uso y abuso del blanco con acierto. La dosis de luz natural que tiene este piso también aumenta la sensación de luminosidad general en contacto con el blanco.
- Muebles básicos, aderezados con muchos complementos. Pocas piezas y de diseño muy concreto: líneas depuradas de inspiración nórdica en blanco y madera. Una base neutra, perfecta para trasladarla en un futuro a cualquier otra vivienda dado que se trata de un piso de alquiler, que necesita de accesorios deco, utilizados como gotas de color y reflejo de personalidad.
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