Un piso luminoso y diáfano dividido en dos viviendas
Lograr espacios amplios bañados por luz natural fue el objetivo de esta reforma, caracterizada por los originales cerramientos que hay en toda la casa.

Las amplias dimensiones de este piso familiar permitieron hacer una reforma que dividiera el espacio en dos viviendas independientes: la primera, para el matrimonio, y ésta, de 117 m2 más 42 m2 de terraza, para su hija. Una vez perfilados los límites de cada piso, la joven propietaria decidió modificar la distribución del espacio que le correspondía para lograr ambientes diáfanos en los que no faltara la luz natural, y acudió a la decoradora Rebeca Terrón con el fin de que se hiciera cargo de las obras y la decoración.
La primera medida fue ampliar el salón. Para ello se integró el recibidor, se redujo ligeramente uno de los cuartos de baño y se ganó parte de la terraza, mediante un cerramiento cuyo tamaño permite colocar una chaise-longue y salir sin dificultad al exterior. La sensación de amplitud se potenció independizando la cocina del salón con una mampara fija y una puerta de cristal templado. Los armarios de la cocina originales se aprovecharon, y sobre ellos se situó una encimera de Silestone —un material resistente y fácil de limpiar— que se prolongó en el frente de cocción para proteger la pared de manchas. Y es que la funcionalidad caracteriza a esta reforma. Por ejemplo, el salón se independizó del resto de la casa con una puerta corredera, que no ocupa espacio. En el cuarto de baño, reducido tras la reforma, el lavamanos se situó sobre una encimera volada de wengué, que no recarga tanto el ambiente como un mueble de lavabo. Para que resultara acogedor, se empapeló con un diseño a rayas beis y tostadas, a juego con la cortina del baño. La decoradora también optó por empapelar el vestidor, y eligió un modelo de rafia, cálido y natural.
El dormitorio fue otro punto clave de la reforma. Para que el pasillo no quedara sin luz natural, una de las paredes se sustituyó por un cerramiento de madera y cristal. A la habitación se accede a través de un estudio, pero ambos espacios se pueden independizar mediante una puerta corredera. Al fondo, la decoradora creó un cuarto de invitados, con un armario empotrado. En la obra también se incluyó la renovación del segundo baño, que se delimitó con un muro semicircular para que el pasillo no resultara tan angosto. A su lado se creó un pequeño vestidor para guardar la ropa de hogar.
En resumen, una reforma práctica que se convirtió en el marco perfecto para colocar muebles de línea actual, de maderas cálidas, fibras y tapicerías claras que multiplican la luz.