Un piso con aire señorial en Madrid
Esta casa inicia una nueva etapa llena de ilusión y sin perder un ápice de su porte señorial. Decorada con gusto exquisito, diseños impecables y materiales de calidad, le aguarda un futuro muy prometedor.
Esta casa de principios de siglo, situada en el centro de Madrid, conserva su estilo señorial, pero sus interiores se han adaptado a las necesidades y al estilo de vida de la familia que la ocupa en la actualidad. El piso, que ha pasado por numerosas etapas y transformaciones desde su origen, formaba parte, al principio, de otra vivienda más grande; hace varias décadas, se dividió en dos y en un tiempo, fue también una oficina.
Cuando esta familia la encontró llevaba varios años vacía, así que su reforma, realizada por la empresa Probiga, supuso un desafío para la propietaria. Ella se encargó personalmente de elegir todos los materiales —entre ellos, una tarima de roble americano de gran belleza— y también de recorrer tiendas, almonedas, incluso mercadillos y ferias, hasta encontrar lo que quería. La recompensa a su esfuerzo: una casa con ambientes acogedores, en la que se respira buen gusto y personalidad.
La prioridad de los dueños era disfrutar de una zona de estar agradable y amplia para pasar tranquilamente las tardes de invierno, pero también para recibir amigos. Con dos sofás en ángulo, extralargos, consiguieron una zona de tertulia confortable que, con una gran mesa de centro, laqueada en blanco, y una alfombra espectacular, también destaca por su estilo y sofisticación. En el comedor, el mobiliario depurado, con librería al fondo, es protagonista, y con otra gran alfombra, también sube de nivel.
Si el suelo en el salón-comedor, con esas dos magníficas alfombras, se convierte en elemento clave de la decoración, en la cocina y los cuartos de baño, adquiere un papel estelar. La propietaria acertó al conservar en esas estancias el revestimiento original, restaurado. Con el damero en blanco y negro, y las lámparas globo de cristal blanco, de los años cincuenta, se logró la estética vintage en la cocina, aunque todo el equipamiento es actual, a excepción del office, un rincón sencillo y evocador.
En los cuartos de baño, uno con damero y otro con baldosa hidráulica, los muebles de lavabo, los espejos, las griferías y el azulejo biselado blanco, son piezas que también encajan perfectamente en este puzle con sabor nostálgico. Para la decoración de los dormitorios, principal e infantil, la dueña optó por el blanco en ropa de cama y mobiliario, pero agregó algunas pinceladas de color y algunos detalles aquí y allá, sugerentes, para que cada uno, en su estilo, lograra más interés visual y dinamismo.
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Una casa moderna con patio y aires vintage

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Enamórate de este piso pequeño pero encantador