Para aprovechar al máximo el espacio, en el dormitorio se diseñó un cabecero de pared a pared a base de lamas de madera laqueadas en blanco y, sobre él, se instalaron dos apliques de pared con el brazo articulado.
Así se puede leer en la cama y, a la vez, se mantiene despejada la superficie de las mesillas. Cabecero y ropa de cama, diseñados por la interiorista. PLANO >