Un apartamento en el centro de Madrid con decoración industrial
Después de una reforma bien pensada, este piso estrena un interiorismo acogedor y una distribución óptima. Menos tabiques, más madera y cristal y soluciones a medida son claves.

La interiorista Alejandra Pombo se encargó de la reforma de esta luminosa vivienda madrileña, situada en la zona de Nuevos Ministerios. Acabadas las obras, sorprenden por igual la distribución, funcional y moderna, y el interiorismo, acogedor y con una estética actual, que combina blanco con materiales como la madera y el cristal. En cuanto a la organización espacial, destaca la creación de una gran estancia, que comparten salón-comedor-cocina. En realidad, la zona de estar se separa del resto mediante un cerramiento de cristal, corredero. En el día a día, su transparencia hace que la conexión visual y la luminosidad extraordinaria sean suficientes para percibirlos como un único espacio.
En el salón, el juego de claroscuros en tapicerías y paredes da a cada pieza mayor relieve visual. El mix de cojines en contraste y la alfombra, con un dúo cromático impactante, hacen más cálido el estar y dinamizan la decoración. En la zona de comedor, la madera natural y el blanco, además del mobiliario de forja, componen un ambiente armónico y equilibrado. Su distribución acertada respeta las zonas de paso.
Un cerramiento de cristal, corredero, conecta visualmente, y comunica, la zona de estar y el espacio que comparten el comedor y la cocina. Su transparencia crea sensación de mayor amplitud y potencia la luminosidad.
El cristal logra que la luz se propague de una a otra parte de la casa.
Para los revestimientos, la interiorista apostó por la uniformidad: blanco en las paredes y una tarima de roble europeo tratado al aceite, un tándem elegante que proporciona a la vivienda unidad cromática. Tan solo cambió el color blanco por un gris oscuro en el salón, en un entrante de la pared, donde así delimitó el rincón de trabajo, y en una hornacina horizontal, extra larga, sobre el sofá, para exponer con estilo diversos objetos decorativos.
Capítulo aparte merecen el dormitorio y el cuarto de baño-vestidor. En el primero, un cabecero lacado y liso, que integra unas originales mesillas con cajón volado, es un diseño impecable, que también aporta calidez a la zona de descanso. Para el baño, la interiorista proyectó una distribución funcional. En primer lugar, creó un espacio independiente para el inodoro. El cristal es clave en la distribución del baño, donde el lavabo no se adosó a una pared, sino a la mampara de la ducha, con cristal translúcido hasta media altura.
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