Una antigua editorial transformada en vivienda

El gran éxito de esta reforma fue adaptar un piso modernista al estilo de vida del siglo XXI… ¡sin que nadie perciba las obras!

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El proyecto al que se enfrentaron Elina Vilà y Agnés Blanch, del estudio Minim, no era sencillo. Lo que parecía una ventaja —el piso se encontraba en un edificio típico del Ensanche barcelonés, con elementos estructurales modernistas— se convirtió en la principal dificultad. El reto consistía en adaptar a las necesidades de una familia actual una vivienda que nunca se utilizó como tal —fue sede de laeditorial Icaria— sin alterar sus peculiaridades arquitectónicas.

“Debíamos hacer una intervención respetuosa hasta tal punto que, al finalizar la reforma, pareciera que no se había hecho nada, salvo pintar de blanco y colocar el mobiliario contemporáneo”, comenta Elina Vilà, interiorista y jefa del proyecto. Aunque difícil, el estudio Minim logró su propósito. A pesar de las obras, el piso mantiene intactos los techos, de más de 4 m de altura, con las bellas molduras y los rosetones de escayola originales de la casa. En el suelo, las baldosas hidráulicas repiten su delicada composición floral a lo largo de toda la vivienda. La carpintería exhibe contraventanas, fallebas y cuarterones en perfecto estado. Y las puertas interiores transforman la luz natural en un arco iris multicolor gracias a los cristales tintados de sus vidrieras emplomadas. Sin embargo, el estudio Minim no pretendía limitarse a recrear el pasado.

El piso, aunque en un marco modernista, debía mostrar que vivía en el presente. La sensación de vivienda actual se consiguió, en primer lugar, con la distribución de la superficie. La entrada al piso, como en la mayoría de las casas del Ensanche, se hace desde la mitad de la planta. Un pasillo actúa como eje y divide la vivienda en dos zonas; de día, hacia la izquierda, y de noche, en el centro y hacia la derecha. La primera se organizó como un gran salón-comedor, desde el que se accede a la cocina gracias a una doble puerta corredera. La zona de noche se planificó con dormitorios infantiles en el centro y un amplio dormitorio principal con bañera, vestidor, tocador, cuarto de baño y biblioteca privada.

A la hora de decorar la vivienda, el equipo del estudio Minim, lejos de imitar el mobiliario del siglo XIX, potenció la presencia de piezas de diseño que marcaran una diferencia clara con los elementos estructurales modernistas. Solo se tuvieron en cuenta dos exigencias: que los muebles no fueran tan llamativos como para restar protagonismo a la arquitectura y que estuvieran realizados con materiales nobles. 
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La carpintería, gran protagonista

Ninguna cortina oculta la belleza de los ventanales, con doble puerta y contraventanas de lamas. Los frentes, con cuarterones y molduras, añaden un aire señorial a la vivienda. Árbol, adornos navideños y manta, de Parlane. En el pomo, angelito de Blaubloom. En la pared, cabeza de ciervo de Luzio.

Dos ambientes en uno

En la zona de estar, la orientación del sofá -en forma de L y con la trasera hacia al comedor- crea una división sutil, pero muy clara, de este espacio. Sofá Softwall, diseño de Piero Lissoni para Living Divani; mesa modelo Less Less, de Molteni y alfombra, de Francisco Cumellas. Todo, en Minim. Estrella blanca, de Parlane. Los adornos navideños son de Estilo Nórdico. Agendas, de la firma La Cuillère de Sucre

Un salón para compartir y disfrutar

En el salón, las butacas naranjas rompen el predominio de las tapicerías, en tostado y rosa, y ponen un toque desenfadado en un ambiente concebido para escuchar música y charlar. Butacas Swan, de Fritz Hansen; mueble y lámpara Progetto Oggetto, ambos, de la firma Capellini. Todo, en Minim. Reloj, de India & Pacific. Jaulas, de Luzio. Corazones, de Parlane. 

En la biblioteca

Junto a la puerta, con vidrieras emplomadas, la librería parece flotar, anclada a media altura. Librería del Sistema 505, de Molteni. Chaise longue, de Le Corbusier. Cojín de alas y plaid, de Filocolore. Cojines estampados, de Luzio. Bandeja, de la firma House Doctor.

¿Cocina, abierta o cerrada?

Una de las demandas que los dueños pidieron al equipo del estudio Minim era que la cocina fuese accesible tanto desde el comedor como desde el salón. El problema se solucionó al ubicar en el mismo espacio ambos ambientes y comunicarlos con la cocina a través de una doble puerta corredera. Cojines: en forma de corazón y lisos, de Filocolore; estampado, de Lu Ink.

Comedor de diseño actual

Los interioristas optaron por muebles contemporáneos, que se diferenciaran de los elementos estructurales modernistas. Como la mesa de roble aceitado, de la firma E15, las sillas de Carl Hansen o la lámpara Artichoke, diseñada por Poul Henningsen en 1958. Mesa, sillas y lámpara, en Minim. Frutero de tres pisos, de Parlane. Platos, de India & Pacific. Copas, de Estilo Nórdico. Fuentes, de Luzio. Guirnaldas de corazones, de La Cuillère de Sucre.

Cocina para comer y guisar

La isla se diseñó con la longitud suficiente para que sirviera de comedor de diario para seis comensales. Además, en ella se instaló un teppanyaki, el grill y la placa de inducción, con una campana decorativa. Electrodomésticos, Gaggenau; taburetes Tate, de Capellini, en piel blanca; y lámpara Splügen Bräu, de Flos. Todo, en Minim. Bombonera en forma de árbol navideño, de Parlane.

Una isla central en la cocina

La cocina se diseñó con una gran isla en el centro. Se trata del modelo Banco, de la firma Dada, con un módulo colgante. Para compensar la ausencia de muebles bajos en la isla, detrás de ella se proyectaron muebles altos, bajos y distribuidos en columna. Mobiliario de cocina, en Minim.

Flores por el suelo

En el dormitorio, la ausencia de muebles permite disfrutar al máximo del suelo hidráulico: una composición floral con piezas hexagonales en color piedra y arena, que simula una alfombra.

Bañera integrada

¿Hay algo mejor que darse un baño sin salir del dormitorio? Además, la silueta de la bañera añade a su funcionalidad un valor escultórico. La mesilla, el toallero de escalera y el taburete, todos en madera de roble, aportan calidez a un ambiente donde predomina el color blanco. Bañera modelo Tina, de Sanico. Toallero, de E15. Espejo, de India & Pacific. Colcha, de Estilo Nórdico. Cojines: rosa y en forma de estrella, de Filocolore; el azul se vende en Estilo Nórdico

Secillez en el dormitorio

Lámparas AJ, de Louis Poulsen. Cajonera y taburete, de E15. Todo, en Minim. Manta, de Luzio.

Zona de tocador

Entre el dormitorio, el cuarto de baño y el vestidor se organizó un tocador. Los lavabos, originales de la casa, se situaron sobre un mueble suspendido, diseñado en roble por el estudio Minim. Maniquí, de India & Pacific. El vestido de plumas es de Matilde Cano. Collares, de She’s Golden.

Plano y detalles de la reforma

Retro con carácter
- Molduras ornamentales, ventanales antiguos y un suelo hidráulico. Todos ellos son aliados para recrear el estilo de otros tiempos. Pero también condicionan la decoración.

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