En cuanto la vieron, los propietarios de esta casa de Barcelona se enamoraron de su estilo señorial, de su imponente fachada, con escalera y balaustrada clásica, y de sus hermosos ventanales con vidriera tricolor que los trasladaban a tiempos pasados. Desde el principio tuvieron claro que respetarían y mantendrían ese espíritu de antaño; por eso, la única reforma que acometieron fue actualizar sus instalaciones y pintar. El pavimento, en buen estado, y la distribución también son los originales.
Solo quedaba dar un aire vintage a los interiores para que todo encajara. Un objetivo fácil de alcanzar, ya que se conservaron muchos de los muebles antiguos de la casa. Eran de procedencia y diseño diferentes, pero ahora, pintados de blanco, comparten el mismo look, acorde con esta nueva etapa de la vivienda, donde la sobriedad y etiqueta de otros tiempos da paso a un estilo más natural y retro con mezcla de texturas y pinceladas de color suaves, que dibujan los textiles.
Como ejemplo, el salón relax, en la parte más luminosa y con mejores vistas de la casa. Es un espacio planteado como zona de tertulia y descanso, para el que se encargó una bancada de obra con mullidos cojines. Lo acompañan un par de mesas bajas, algunos complementos factory & vintage, y una alfombra de sisal que lo hace ultracálido. En contraste, el comedor. Aquí, el tiempo parece haberse detenido, ya que el pavimento hidráulico original y una bicicleta, casi de museo, colgada en la pared, componen un escenario único para los muebles retro. Un ambiente especial y coherente con el estilo tan personal de esta casa.
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La casa conserva sus elementos originales, como la vidriera y la carpintería de la entrada principal con grandes ventanales. En contraste, la decoración del interior, que apuesta por un estilo natural basado en la mezcla de texturas.
Mesas de centro, de La Maison. Alfombra de sisal, de Filocolore.
Delante de la imponente fachada de la casa, una pareja de sillones antiguos y una mesa alta componen una tranquila zona de estar al aire libre. Arropada por la elegante balaustrada y el mural cerámico, es un ambiente profundamente evocador en contacto con la naturaleza.
Sillones y mesa, de Mercantic. Cojines: pequeños, de Lu Ink y grandes, de Filocolore.
Los colores de los cojines sí importan. Combinar tonos que no casan bien puede arruinar la decoración. En este rincón, el dúo amarillo pastel y azul lavanda es una paleta romántica muy chic. Cojines, de Lu Ink.
Varios cojines y colchonetas colocados sobre palés recuperados componen un sofá extra largo. Los tablones se pintaron en blanco, para ganar luminosidad, y con su espíritu relajado aportan un aire informal y lúdico al jardín.
Cojines y almohadones, de Filocolore.
Para sacar más partido al espacio de la zona de estar, se diseñó una bancada de obra en forma
de L adosada a las paredes. Sobre ella se disponen dos colchones tapizados que son más cortos que los bancos, con el objetivo de utilizar los extremos como mesas auxiliares. Un acierto: su ubicación en esta esquina no dificulta el paso desde la entrada al interior de la casa.
En un ambiente donde el color blanco es dominante, las pinceladas que aportan algunos cojines y la variedad de matices que añade la alfombra de sisal, dinamizan la decoración. A destacar, el contrapunto vintage lo ponen el reloj y la lámpara. Cojines, de Lu Ink y Filocolore.
Reloj, de India & Pacific. Lámpara de techo y flexo azul, de Tierra Extraña.
Frutas del bosque... en los cojines
Moras, arándanos, frambuesas, además de fresas, ciruelas y uvas... ¡Qué tonos más coquetos para un salón! Este cojín liso se convierte en diseño handmade con sencillos motivos patchwork, y además, entona con el púrpura.
Cojines, de Filocolore.
Dos butacas y un reposapiés antiguos, recuperados y pintados en blanco, amplían el número de asientos en el salón y proporcionan luminosidad al espacio. Son piezas de estilos diferentes que se tornan armónicas cuando comparten el mismo look total white.
Un complemento pequeño como un perchero de pared, cuando se elige bien, eleva el nivel de la decoración. Perfecto en este caso el perchero, de Jardiland, con ilustración retro y pintura craquelada.
Un comedor con aires señorial y curioso
Una lámpara antigua de bronce, un rosetón ornamental en el techo, el pavimento hidráulico y la puerta con vidriera magnifican el espacio donde se ubica el comedor. El elemento sorpresa, con indiscutible impacto en la decoración: una bicicleta vintage suspendida en la pared, que resta solemnidad al ambiente.
Sillas, adquiridas en Mercantic. Mesa, realizada por Carpintería David. Mantel, de La Maison. Fuentes de cristal y candeleros, de India & Pacific.
¡Sí a los muebles reciclados!
Junto al comedor, llama la atención un mueble antiguo con televisor... Pintado totalmente en blanco, incluso la pantalla, adquiere un aire teatral y se integra en la decoración.
Un plus: un maxi espejo propaga la luz natural del salón en el comedor, que carece de ventanas. Espejo y complementos, de India & Pacific.
Cocina en blanco luminosos
La cocina conserva los muebles de madera antiguos, pero con pintura blanca adquiere un aire mucho más actual. Su nuevo look, junto al techo de lamas, y la pared opuesta, también pintada, potencian la luminosidad. Muebles de cocina antiguos, pintados en blanco. Estantería, de Ikea. Alfombra, de La Maison.
Con un frente de lamas verticales en el techo y una bancada de madera blanca para los colchones, la zona de descanso se convierte en una cabaña-refugio, donde los banderines aportan el aire festivo. La ropa de cama y los cojines añaden pinceladas de color y una dosis extra de dulzura al ambiente. Fundas nórdicas rosas y mantitas, de La Maison. Cojines y guirnalda, de Filocolore. Flexo azul, de Tierra Extraña.
Que gana interés visual, flanqueada por las camas infantiles. El trío forma una composición simétrica con mucho encanto.
Fundas nórdicas, de La Maison. Cojines y guirnalda, de Filocolore.
En el dormitorio principal reina el equilibrio
El pavimento hidráulico destaca ante la sobriedad de la decoración en el dormitorio principal. A la sensación de calma contribuyen las paredes inmaculadas, el visillo y las piezas vintage y con encanto.
Un plus de frescura y femineidad: el plaid acolchado azul con estampado verde, de Filocolore. Lámpara de fibra, cabecero y juego de cama, de La Maison. La mesilla y la butaquita son piezas antiguas, recuperadas.
Estética retro en el entorno de la cama
Madera lavada, pintada, fibra, tejidos stonewash... Triunfa lo natural y la mezcla de texturas. Pero no todo vale; combina máximo tres tonos. En este dormitorio, la lámpara y cabecero son de La Maison.
Un cuarto de baño de otros tiempos
Lo esencial, el blanco níveo, acapara la atención
en este baño sin artificios. Los detalles femeninos y el pavimento negro son los aliados perfectos para acentuar su sencillez. Sanitarios, de Roca. Toalla y taburete, de La Maison.
Plano de la casa e ideas de distribución
El reto en esta casa barcelonesa es la distribución óptima del salón, por su planta difícil:
- Su distribución está muy condicionada por la fachada acristalada y con dos esquinas en chaflán; pero también por la puerta de doble hoja, que da acceso a la casa, y delante de ella era necesario garantizar la circulación.
- La solución: un ambiente distinto a cada lado de la puerta. A la derecha, se realizó a medida una bancada de obra en L, abierta hacia los ventanales, y que permite el paso. A la izquierda, en un espacio más reducido, se creó un rincón de lectura con una lámpara de pie y dos sillones; éstos se pueden trasladar para ampliar el número de asientos.
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