Un mini loft femenino y singular
Con paredes de cristal, nuevos revestimientos y un interiorismo trendy, este piso madrileño se convirtió en el mini loft ideal, elegante y femenino, que anhelaba su joven propietaria.

De nueva construcción, de dos plantas y con techo alto, este piso no se ajustaba del todo al concepto de loft que deseaba su propietaria, una joven ejecutiva del sector de la publicidad. Estaba muy compartimentado y, por tanto, distaba de ser su casa ideal. Para reformarlo y lograr una distribución funcional, acorde con ella, confió el proyecto a la interiorista Belén Ferrándiz y la ejecución a Acebo Reformas y Construcciones. El punto de partida: abrir todos los ambientes para fomentar la sensación de vivir en un espacio único, en el que la luz fluyera en las dos plantas.
Crear, en definitiva, un loft. Para conseguirlo, el cristal era el material perfecto. Instalado en puntos clave de la casa, a través de él es posible el contacto visual entre los ambientes, pero además, como prolonga la perspectiva, la sensación de amplitud es mayor. De cristal es la nueva puerta de la cocina y un vano de una de sus paredes. Y también la barandilla del dormitorio en la planta superior que, con su transparencia, permite sentir esa unidad espacial tan deseada por la dueña. Otro cambio esencial en el piso se realizó en la cocina: el tendedero se eliminó para que fuera más amplia y ganar una pared donde ubicar una barra para desayunos. La renovación de los revestimientos fue decisiva para completar esa estética moderna e impecable que luce hoy la casa.
El suelo laminado en cerezo se sustituyó por una tarima de roble envejecido; un pavimento de tablas anchas que da continuidad visual a los ambientes y que, por su orientación hacia los ventanales, amplía visualmente el espacio. A este cambio de look se sumó la escalera de cerezo que ahora, revestida con moqueta vinílica gris con efecto metalizado, resulta más moderna.
En las paredes, decoradas por Francisco Javier Pérez, se optó por pintura plástica blanca, de Valentine, pero con acierto, en algunas se alternó con papeles grises que dan un estilo urbano a la vivienda. Además, generan ambientes acogedores dentro del espacio abierto y, con su contraste, actúan de fondo para destacar muebles y composiciones deco-funcionales, como la librería asimétrica del comedor, la barra para desayunos en la cocina, o el cabecero, las mesillas y las lámparas en el dormitorio.