Un piso bajo con un pequeño jardín
Con una distribución abierta, que gestiona con maestría la organización de los ambientes, este piso se asemeja a un mini-loft y goza de un interiorismo impecable y personal.

La pareja que vive en este piso encontró su hogar a las afueras de Santander; se trata de un bajo con jardín y, aunque es de construcción reciente, decidieron reformarlo con la ayuda de la empresa Consultores de Proyectos y Diseño, para lograr un ambiente más imaginativo. Los propietarios, dos jóvenes cosmopolitas, adoran viajar y sienten debilidad por la gastronomía, de ahí que desearan un espacio que reflejase sus pasiones y donde disfrutar de confortables reuniones. Distribuido en una sola planta, el coqueto apartamento cuenta con un área de día diáfana y un dormitorio con vestidor y cuarto de baño.
El salón y la cocina comparten ambiente, aunque se distribuyen a partir de una isla, situada en el centro de la planta, que hace las veces de mesa de comedor al tiempo que ofrece una superficie extra de trabajo. Discretas pinceladas de un actual estilo industrial, inspirado en los lofts neoyorquinos, encajan en una atmósfera coherente, repleta de matices. Los ventanales alargados, originales de la casa, resultaron perfectos para crear espacios con encanto conectados con el jardín.
En la decoración predominan los neutros. Los complementos decorativos, adquiridos por los propietarios en sus múltiples viajes, definen las líneas de un estilo cosmopolita, muy vivido pero acogedor, para lo que se han servido de los enriquecedores matices que aportan los textiles.
Una planta sin complicaciones, una distribución cómoda y soluciones a medida sirvieron a la pareja que vive aquí para acertar con la decoración, de la que se encargaron personalmente. El dormitorio, tipo suite, se colorea en grises y blancos. Allí destacan dos elementos: la chimenea de gas encastrada en la pared —un modelo a doble cara instalado entre el salón y la habitación— y el mini escritorio situado en la esquina.
A través de un vestidor de paso, con dos zonas de almacén abiertas y organizadas milimétricamente, se accede al baño, un espacio que coquetea con las tendencias rústicas. En definitiva, este apartamento hace gala de un look exquisito, construido a través de pequeños detalles deliciosos.