Un ático reformado de 100 m²
Para adaptar esta casa al estilo de vida de su propietario se unieron dos habitaciones y se creó un gran dormitorio con despacho y vestidor.

Se puede considerar que la reforma de un piso ha sido un éxito completo cuando las transformaciones realizadas, además de impactar visualmente, se adaptan al estilo de vida de sus propietarios. Y eso, precisamente, fue lo que ocurrió en este ático situado en la localidad barcelonesa de Cerdanyola. El Estudio de Interiorismo Datris organizó los 100 m2 disponibles para satisfacer las necesidades de su dueño, un joven con una intensa actividad profesional que necesitaba una zona de trabajo para resolver en casa los asuntos laborales que habían quedado pendientes.
Por ello, las obras se centraron en derribar el tabique que separaba dos habitaciones para crear un único espacio más amplio en el que se ubicó el dormitorio, un vestidor y el rincón de trabajo. Para unificar las tres zonas, las paredes de la habitación se pintaron en un elegante tono burdeos que estimula la creatividad y, a la vez, logra un ambiente sereno. El riesgo de que un color tan intenso pudiera oscurecer en exceso el dormitorio se contrarrestó con la abundante luz natural que entraba por las ventanas, ya que el ático dispone de una gran terraza que recorre toda la fachada. Aunque antes de la reforma la habitación ya tenía un cuarto de baño incorporado, los interioristas decidieron sustituir la puerta original de acceso por un vano mayor y dos hojas de estructura de madera clara con cuarterones de cristal al ácido; así, se facilitaba el paso de la luz natural al baño sin renunciar a la intimidad necesaria. Otro aspecto importante de las obras fue el cambio de suelos en toda la casa. Como material se eligió parqué de roble —cálido y acogedor— y las lamas se colocaron en paralelo para prolongar visualmente el espacio.
Sin embargo, las habitaciones expuestas a manchas de agua y grasa se pavimentaron con otros revestimientos: gres —un material resistente a la humedad y fácil de limpiar— en la cocina y el cuarto de baño de invitados, y pizarra en el baño privado. Además, el Estudio de Interiorismo Datris utilizó soluciones decorativas para resolver dificultades de distribución. Por ejemplo, la presencia de un pilar en medio del salón —pintado en un vivo tono azul— permitió delimitar el espacio en dos ambientes: el comedor a la izquierda y el estar a la derecha. En el primero, la pared presentaba un pequeño retranqueo que se ocultó tras un panel de madera de sicomoro, rematado por un mueble para almacenar la vajilla. Por su parte, en el estar, la colocación de una butaca a continuación del pilar creó la sensación visual de un falso pasillo que condujera hacia el dormitorio, potenciada por una mesa auxiliar, realizada a medida, que integra parte del pilar. Los muebles que se adaptan al espacio caracterizan, también, a otras habitaciones de la casa, como el cuarto de baño principal, en el que se realizó un armario de lavabo de madera con encimera de cristal; o la cocina, en la que se situó una mesa abatible que, cuando no se utiliza, apenas ocupa espacio.