Un ático bohemio y femenino
Piezas de anticuario, muebles étnicos y complementos y textiles variopintos llenan de gracia y personalidad este pequeño ático, transformado tras una reforma en la que se recuperaron característicos elementos estructurales.
Aunque su estética nos traslada a las calles estrechas y llenas de encanto de París, este coqueto ático bajo cubierta se encuentra en el centro de la capital. Cuando sus propietarios lo adquirieron, emprendieron una reforma para adaptarlo a sus usos y gustos.
Su intención inicial era integrar un pequeño desván existente, pero se llevaron una grata sorpresa al descubrir que, en realidad, el ático era una buhardilla con techos inclinados, algunos con doble altura y lucidas vigas de madera. Todo el suelo se revistió con parqué de roble, salvo la zona que enmarca el chill out del salón, donde se respetaron las losetas hidráulicas. Este revestimiento hidráulico, que se recuperó al iniciar las obras, junto con las vigas de madera del techo, su doble altura y la pared de ladrillo visto, confieren a la zona de estar ese encantador aire rústico y bohemio que está presente en todo el proyecto. La planta se reparte en un salón, una cocina con office, un dormitorio y un cuarto de baño.
En éste último, el revestimiento de pizarra en color verde se convierte en protagonista sin agobiar el espacio gracias a la generosa luz natural que recibe. Todas las estancias comparten ciertos recursos de estilo que dan esa sensación de unidad y equilibrio al conjunto de la vivienda. Detalles decorativos, colores brillantes y muebles originales proyectan ambientes con estilo propio en espacios reducidos con el objetivo de recrear las vibrantes tendencias de los años 70 y 80. Todo un viaje al pasado con un final feliz.
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