Una pasión declarada por el interiorismo sumada a la frecuente consulta de revistas especializadas y al buen gusto innato de la propietaria fueron razones de peso para que ella misma planteara la reforma y la decoración completa de su casa; un precioso ático ubicado a las afueras de Barcelona. Dos tendencias predominantes se complementan y conviven sin molestarse dentro de los mismos metros. Por una parte se aprecia una clara necesidad de intimidad en la zona de los dormitorios, en la que cada miembro de la familia cuenta con su refugio privado. En contraste con este concepto intimista, las zonas comunes comparten un mismo espacio: estar, comedor, cocina y despacho se abren a la gran terraza. Un planteamiento interesante y mucho más práctico de lo que a priori imaginamos.
La dueña nos explica que, en gran medida, esta distribución surgió del deseo de estar junto a sus hijas y ayudarlas con los deberes del cole mientras realiza las tareas domésticas, hace la cena o cuida de las plantas. Además, la cercanía entre la terraza y la cocina hacen más asequibles las cenas veraniegas al aire libre. En cuanto al interior, la división natural de ambientes cae por su propio peso gracias a la acertada ubicación de los muebles. La separación visual se refuerza al delimitar el estar y la zona de trabajo mediante unas alfombras.
La organización de los dormitorios responde a una forma de vida que apuesta por la privacidad, incluso respecto a la familia, en algunos momentos del día. El matrimonio disfruta de una estancia organizada tipo suite, con el cuarto de baño, el vestidor y la zona de descanso integrados. Las hermanas, por su parte, cuentan con una habitación para cada una, con una decoración inspirada en el estilo nórdico, con los tonos y estampados propios de la adolescencia, y con el espacio necesario para relajarse y estudiar.
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Colchonetas repartidas sobre el suelo de madera, estampados florales y unas sugerentes tumbonas forman un rincón de aire chill en la terraza. Los cojines, las colchonetas estampadas y la mesita baja de madera son de Filocolore. Las tumbonas plegables con colchoneta proceden de Unopiú.
Salón conectado con la terraza
La opacidad de las cortinas garantiza la protección solar total en las horas de calor. Aunque la intención es mantener el ventanal abierto, para que interior y exterior estén comunicados durante la mayor parte del día. Butaca y mesita, de Little House. Alfombra, de Francisco Cumellas. Cortinas, de Filocolore
Conseguir una circulación despejada y libre entre la zona de estar, el comedor y las dos amplias salidas hacia la terraza fomentó la elección de los muebles justos y del tamaño adecuado. El comedor -que sirve también de office- consta solo de cuatro sillas y de una pequeña mesa. Sillas, de Little House. Cuadritos en primer plano, de la tienda Lu Ink.
El amplio sofá en forma de L es una pieza clave del salón; además de aportar numerosos asientos para toda la familia y sus invitados, actúa como elemento separador muy eficaz entre la zona de estar y la de trabajo. Sofá diseñado por la propietaria y encargado a un tapicero. Silla y estera de la zona de trabajo, de Lu Ink. Escritorio, de Ikea
Estructura integrada a la decoración
Tanto los suelos como las paredes y los muebles que van pegados a ellas se acabaron en blanco, como fórmula para unificar e integrar los diversos elementos que dan forma a la decoración. Mesa y sofá, diseñados por la propietaria. Sillas del comedor, de Little House. Cortinas, de Filocolore. Alfombra, de Francisco Cumellas. Armarios de la cocina, de Metalúrgica.
Inspirada en los modelos industriales, realizados con tablones de madera, la propietaria encargó a un carpintero la mesa del comedor y la completó con cuatro sillas de aire vintage. El contraste con la cocina de diseño es profundamente enriquecedor. Sillas, de Little House. Armarios de la cocina, de Metalúrgica. La encimera es de Silestone blanco.
Un dormitorio para descansar
Lograr una sensación pausada y agradable en el dormitorio era fundamental para los propietarios; de ahí los tonos neutros y la presencia de la madera en los muebles. Edredón, cojines y ropa de cama, de Filocolore. Apliques a los lados de la cama, de Biosca & Botey.
La base de los cuartos de baño se eligió en neutro y se recurrió a los complementos y textiles para poner la nota de color. También los accesorios dan un toque más personal; con esta idea el cambio decorativo es fácil y requiere solo una mínima inversión. Bañera, lavabo y griferías, de la firma Roca. Las toallas, de un color intenso, son de Filocolore.
Los grises claros son grandes aliados en la habitación de los niños cuando crecen; a ellos les gustan y son una excelente base decorativa. Aquí se completaron con textiles tipo patchwork. Cama y escritorio diseñados por la propietaria y encargados a un carpintero. Ropa de cama y cojines, de Filocolore. Silla de estudio, de India & Pacific.
Dividir visualmente los espacios
-La colocación de los muebles es una solución muy acertada cuando el objetivo es marcar la separación visual entre dos ambientes que comparten un mismo espacio. En este caso, la trasera del sofá esquinero independiza en el salón, con mucho acierto, la zona destinada a rincón de trabajo.
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