Los propietarios encargaron el proyecto de rehabilitación de esta vivienda al equipo de la arquitecta Mar Marcos. El resultado es un ático donde la íntima relación de los interiores con el exterior, la luminosidad y el confort se imponen.
Cuando una pareja joven adquirió este ático en el barrio de Gracia se trataba de un espacio compartimentado y anticuado, muy lejos de su anhelo: una casa cálida y joven, donde el diseño decorase estancias amplias y diáfanas, comunicadas visualmente.
El objetivo principal de la reforma era ordenar el caos de pasillos y rincones que imperaba originalmente en la casa. La ubicación central del acceso a la vivienda marcó la pauta distributiva: un recibidor separa la zona de día de la de noche. Salón, cocina y comedor comparten un único espacio abierto, comunicado con el exterior a través de un gran ventanal acristalado por el que se accede a la terraza. Para ésta se proyectó una original jardinera, realizada en microcemento, que rodea su perímetro.
La interiorista se sirvió de los acabados en madera y de los matices que aportan los tejidos en todas las estancias para conseguir esa sensación de bienestar de la que hacen gala. Los muebles se proyectaron en consonancia a medida, sin recargar, esmaltados en color blanco y, en la mayoría de los casos, adosados a las paredes.
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Un espacio amplio y sin divisiones innecesarias. Así se articula la zona de día de este piso. En ella el estar, un rincón de tertulia y el comedor se distribuyen linealmente según la geometría en forma de L de la planta. Pufs: grande redondo azul, de Coco-Mat, y pequeño de lana, de Minim. Bandeja de madera con forma de corazón, de Lu Ink. Alfombra, de venta en Habitat.
Un estar con aire revival
En este rincón de tertulia, el tiempo parece detenido en el pasado por el mobiliario escogido: dos butacas de herencia familiar y una mesa auxiliar de madera. Todo enmarcado por una alfombra redonda. Contrasta la ligera composición de almacenaje de la pared: una estantería lacada en blanco. Alfombra, de Francisco Cumellas. Mesa redonda de madera, de Minim.
Una decoración con toques chic
Los detalles son la seña de identidad de este proyecto y personalizan cada uno de los ambientes con ese característico aire juvenil que se respira. Cesto verde, jarrones y flores de lana, de la firma Coco-Mat.
Muebles cómplices del tiempo
La fusión de piezas de mobiliario equilibra los estilos que aportan cada una de ellas. Una mesa contemporánea, un aparador retro, una lámpara de diseño y unas butacas vintage conviven en armonía. Mesa de comedor, de Habitat. Jarrón y vasos de colores, de Sia. Sillas, de KA International. Lámpara de techo, de Marset, adquirida en www.ilamparas.com. Aparador, de Muebles Ethnicraft. Lámpara de mesa, de Minim.
La pureza de líneas del mobiliario, proyectado a medida, gana en presencia con complementos que aportan calidez en altas dosis. Una hoja corredera independiza el salón de la zona de descanso. Abierta, oculta parte de la librería. Lámpara de pie y cuadro, de India & Pacific. Taburete de madera, de Minim. En el sofá, cojines: beis con letras, de Lu Ink; de color, de Minim y redondo, de BoConcept.
Sí, pero delimitada. Además, la zona de cocción y el fregadero quedan ocultos a la vista. De esta manera la sensación de orden se acentúa. Se logró con un mueble a doble cara: por un lado da servicio a la cocina y por el otro, al salón con los audiovisuales.
Gracias a la proyección de los elementos verticales, desde la cocina se visualiza toda la planta, lo que permite participar en las diferentes actividades que se llevan a cabo en la zona de día. El proyecto apuesta por la pureza visual, con frentes lisos en blanco, sin tiradores, y una distribución en paralelo. Mobiliario de la cocina, de Minim
La superficie de trabajo cumple, además, la función de barra de desayunos y comidas rápidas.
El pequeño de la familia también cuenta con su mundo personal: una habitación con mobiliario a pequeña escala y muchos colores. De Coco-Mat: funda nórdica verde con topos, cama, cojines grandes y de suelo, dominó de madera, mesa azul de juegos y juego de café. Sillas, cojines pequeños estampados y alfombra, de venta en Babillage. Perchero, de Ivo&Co.
Un dormitorio natural con detalles de color
Un cabecero de obra a media altura sirve, además, como repisa para dejar la lectura. Sobre una base blanca impoluta destacan las pincelas de colores en diferentes intensidades. Lámpara y detalles decorativos de lana de colores sobre la cama, de Coco-Mat. Ropa de cama, de la firma Textura. Cojines, de Lu Ink. Alfombra, de Francisco Cumellas. El cuadro lo firma Laura Badell.
Un rincón relajante en el dormitorio
El dormitorio principal cuenta con un agradable rincón de estar, perfecto para descansar o leer en un ambiente íntimo. Maniquí de ratán y collares, de India & Pacific. Puf cuadrado azul, de Coco-Mat. Cojines, de Minim.
Un cuarto de baño sin artificios
En la sencillez de este baño reside su encanto. Originales complementos lo personalizan con mesura. Cesto, de venta en Coco-Mat. Perchero de colores, de Minim.
Sensación in & out gracias al frente de cristal, que proyecta el salón hacia la terraza.
Arquitectura e interiorismo van de la mano a través de materiales nobles, que otorgan calidez.
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