Un loft reformado de 60 m²
El espacio de este loft madrileño se distribuyó en función de los diferentes niveles del suelo. La decoración, que se basa en tres colores -rojo, blanco y negro- fue la clave para unificar los espacios.

La luz y los espacios abiertos de este loft enamoraron desde el primer vistazo a Dorotea Valls, actual propietaria de la vivienda y creadora de la firma de calzado que lleva su nombre.
La empresa Diseño y Detalle, especializada en la rehabilitación de edificios industriales, llevó a cabo las obras de reforma de este loft. Ubicado en un barrio residencial de Madrid, este espacio —de sólo 60 m2— cuenta con características tan atractivas como sistema de calefacción y agua caliente mediante placas solares, aire acondicionado o sistemas domóticos. En cuanto a su distribución, al tratarse de un único espacio diáfano, se jugó con los desniveles del suelo y los pilares para organizar visualmente cada ambiente.
Y, aunque no existen tabiques, las distintas alturas fueron suficientes para marcar visualmente la separación.
La cocina se encuentra en el nivel más alto, mientras que la zona de estar y el despacho se instalaron tres escalones más abajo. Dos enormes ventanales inundan de luz toda la vivienda; gracias a ellos, y a una base decorativa muy clara, fue posible jugar con el negro y el rojo con el fin de imprimir carácter a cada rincón. Destacan las ingeniosas soluciones que se aplicaron para sacar más partido al espacio. Por ejemplo, la original zona de descanso, situada sobre un bloque que esconde dentro el vestidor. Además, por si vienen invitados, se integraron dos camas individuales en el desnivel que hay entre el despacho y la cocina. Cerradas parecen amplios cajones pero abiertas pueden alojar a una pareja de amigos.