Vivir en un loft con terraza

Los espacios abiertos y la abundancia de luz natural fueron clave a la hora de decorar este loft barcelonés de 120 m².

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La luz y los espacios abiertos de este loft barcelonés enamoraron desde el primer vistazo a Dorotea Valls, actual propietaria de la vivienda y creadora de la firma de calzado que lleva su nombre.

Su meta era conseguir un refugio que, además de agradable para vivir, propiciase la inspiración de la diseñadora. Por eso, decidió respetar su distribución original, en la que destaca la zona de estar, que se creó al cerrar parte de la gran terraza mediante paredes y techos de cristal. Aquí la diseñadora instaló unos toldos móviles en color crudo y unas persianas de madera; un sistema sencillo y práctico que permite regular la entrada de luz natural, protagonista indiscutible de la vivienda. Además, la amplitud de la primitiva terraza permitió respetar una zona al aire libre, un pequeño jardín que se cuela en el interior de la casa a través de los ventanales del salón. Los tonos claros —en paredes y tapicerías— y los espacios diáfanos son también elementos clave para llevar la luz a toda la casa.

Otro de los encantos de este loft reside en su original decoración, basada en la elección de muebles de madera de diferentes estilos y procedencias —unos diseñados por amigos de la propietaria y otros restaurados por ella misma—. Todos combinados con telas en tonos neutros, que restan sobriedad a la madera, y enclavados en una distribución tan bien pensada que da como resultado espacios ligeros, nada recargados. Para lograrlo se evitaron en lo posible los muebles altos y pesados; por el contrario, predominan los de media altura, de líneas rectas y sencillas, que nunca obstaculizan el paso de la luz. En cuanto a su ubicación, la propietaria los colocó casi siempre adosados a paredes y tabiques para integrarlos mejor y dejar libre el paso entre las zonas de la casa. Los complementos también juegan una baza importante a la hora de personalizar esta vivienda ya que definen el carácter de su propietaria: cuadros relacionados con su profesión, recuerdos de familia, vajillas antiguas. Los taburetes de la cocina, por ejemplo, los tapizó ella misma.

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La zona de estar —cerrada mediante paredes y techo de cristal—, originalmente formaba parte de la terraza.

Un sistema de persianas y toldos permite regular la entrada de luz al resto de la vivienda. Mesa de centro en 80 x 80 cm en Cado. Almohadón de médula y cojines del sofá, de India & Pacific. 

Los muebles de madera de distinta procedencia son protagonistas en la zona de estar.

Entre ellos destaca una bonita chaise-longue de madera tapizada en blanco, que fue un regalo. Manta, de Azimut. Cojines y florero de la tienda India & Pacific.

Unas escaleras separan visualmente el salón del comedor.

Éste se amuebló con una mesa de madera, diseñada por el arquitecto Carlos Nicolau, y cuatro sillas de Inmaculada Concepción. Alfombra de fibra vegetal, en 2,50 x 3 m en Koko. Lámpara, de Vinçon.

En la cocina los armarios altos se sustituyeron por baldas;

así resulta más abierta y luminosa.

El dormitorio comparte espacio con el comedor y el estudio.

En esta zona, como en el resto de la casa, destacan los techos de barro y con vigas de madera. Cama diseñada por Carlos Nicolau. Colcha, mesilla y lámpara, de India & Pacific. Cojines de Tierra Extraña y Azimut. Mesa de estudio, de Vinçon, y silla de Les Encantes.

Los pocos tabiques de la casa

se usaron para adosar muebles de poco fondo, como esta alacena.

La luz natural llega al baño a través de una cenefa de azulejos de pavés colocada junto al techo.

Baúl de Cado. Toallas de Bath Time. Espejo, de Inmaculada Concepción. Accesorios, de Koko y Gallery House.

Puntos clave de la reforma:

Elige tonos tostados para combinar con madera y fibras si quieres crear un ambiente cálido.
PLANO

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