Un loft de 40 m² en Madrid
Una reforma bien pensada y una decoración muy actual fueron claves para transformar este local comercial en un loft de 40 m² muy bien aprovechados.

La propietaria de este loft madrileño, de 40 m2, no disponía de mucho tiempo libre para buscar casa y, además, no tenía muy claro dónde acudir para encontrar lo que quería: una vivienda pequeña pero espaciosa, con mucha luz natural y techos altos; todo era bastante complicado. La mejor solución fue ponerse en manos de la empresa Camden Town; ellos se encargaron de todo el proceso, desde localizar la vivienda y gestionar los trámites legales, hasta la reforma y la decoración de la misma. La elección fue un local comercial a pie de calle —espacios en los que está especializada dicha empresa— y con licencia de habitabilidad, y que reunía todos los requisitos importantes para la futura dueña. Gozaba de techos muy altos, cualidad que se aprovechó para construir un pequeño altillo donde instalar el dormitorio. Además, contaba con grandes ventanas, todas equipadas con cristales al ácido, para evitar las miradas indiscretas de los viandantes. Las obras se centraron en derribar todos los tabiques y crear un único espacio diáfano. Sólo se mantuvo independiente el cuarto de baño, ubicado justo bajo el altillo.
A continuación se instaló la cocina en una zona que, al contar únicamente con dos pequeños ventanucos, era la más oscura del local. Por eso, con el fin de aprovechar la claridad al máximo, se dejó abierta al salón y los muebles se remataron con una península, que actúa como elemento separador sin entorpecer el paso de la luz. En cualquier caso, el objetivo de la reforma era lograr un único espacio equilibrado y cálido. En ello los revestimientos tuvieron mucho que ver. Las paredes se pintaron en un tono crema muy suave que ayuda a reflejar la luz; incluso uno de los muros, que se mantuvo de ladrillo, se pintó en el mismo color. Al contar con techos tan altos y paredes blancas, el ambiente corría el riesgo de resultar frío en exceso; para paliar este efecto se apostó por un suelo de tarima flotante en madera de haya natural, cálido y muy agradable. En cuanto a la distribución, se eligió la zona más cercana a las ventanas para ubicar el estar. A continuación el comedor, junto a la barra que independiza la cocina.
En la decoración predominan los muebles de madera en acabados muy claros y en wengué, una combinación de tonos muy cálida y actual. El altillo se reservó para el dormitorio, ya que, aunque abierto a la planta baja, cuenta con cierta intimidad y espacio suficiente para un buen armario empotrado.