Un chalet con grandes espacios abiertos
La fotógrafa Marta Medina nos abre las puertas de su casa familiar, un amplio chalet donde los espacios abiertos son la gran baza, tanto en el exterior como en el interior.
Lograr espacios generosos y diáfanos fue el objetivo principal de la reforma interior de esta casa unifamiliar con piscina y jardín situada a las afueras de Madrid. Para ello, se optó por eliminar muros y ampliar habitaciones en las dos plantas en las que se distribuye el chalé.
En la planta baja se dispusieron distintos saloncitos para disfrutar de cada momento del día, el rincón de trabajo, el comedor, la cocina y un pequeño aseo. La separación de ambientes viene dada por dos alturas. Las tres habitaciones que componían la planta superior se convirtieron en dos con el fin de ganar metros. Así, al dormitorio principal se le añadió un vestidor y al de los niños, un espacio de juegos. Aquí también se ubica el cuarto de baño a diferente altura. La casa ganó en luminosidad al pintarla toda de blanco y colocar una tarima laminada de Pergo acabada en blanco. Los muebles y la decoración son un acertado popurrí de piezas antiguas y modernas con otras traídas de diferentes países y culturas. Piezas de los años 50 y 60 se mezclan con objetos variopintos adquiridos por los propietarios en mercadillos al aire libre en sus múltiples viajes a Londres y París, en sus visitas a anticuarios o en las largas estancias en África y Asia, de donde proceden algunos de sus más preciados objetos; como las magníficas alfombras distribuidas por toda la vivienda.
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