Un estilo actual en 115 m²
Con el contraste entre el color blanco de las paredes y las pinceladas en tonos oscuros de la decoración se crearon ambientes actuales.

Nada más entrar a esta vivienda lo primero que llama la atención es la magnífica terraza de 23 m2 que rodea parte de la casa. Ésta fue una de las principales razones que impulsaron a su actual propietario, un joven soltero, a adquirirla. El piso, que está situado en la localidad barcelonesa de Gavá, cumplía todos los requisitos para convertirse en su hogar. Sus 115 m2 se adaptaban perfectamente a sus necesidades, goza de abundante luminosidad, además de unas magníficas vistas al mar Mediterráneo y a la montaña, y se encuentra en una urbanización con piscina y zonas ajardinadas. Pensó que él mismo se podría encargar de la decoración; una cuestión que no le iba a resultar nada complicado, pues sólo tendría que plasmar las ideas y soluciones que había ido seleccionando de nuestra revista. Quería una casa moderna y actual, pero sin estravagancias; que fuese, ante todo, funcional, con los muebles básicos para conseguir ambientes cómodos y amplios. El fondo no podía ser mejor: el color blanco de las paredes era perfecto para lograr una atmósfera serena y apacible, así como estancias frescas y diáfanas; además, se integra fácilmente en cualquier estilo decorativo, según los colores en contraste que se utilicen.
En este caso, se emplearon tonalidades marrones y negras; una mezcla que, no sólo dió como resultado un estilo chic urbano muy masculino, sino que también evitó que las habitaciones resultarán demasiado frías. El suelo, de parqué flotante, contribuyó a potenciar esa calidez. Pero la predilección por la madera no se redujo sólo al pavimento; el propietario escogió muebles en distintos tonos y variedades, y los combinó con piezas de fibras vegetales y pequeños detalles en acero y cristal; aunque de distintos materiales, todos tienen en común su diseño de líneas sencillas y depuradas. A la hora de vestir los ambientes escogió, sobre todo, telas y tapicerías lisas, en tonos blancos y crudos, y añadió discretas y sutiles pinceladas en colores más llamativos, que van desde el naranja hasta el negro pasando por chocolate y dorado.
El baño del dormitorio principal merece una mención aparte; proyectado por el arquitecto Eduard Esteller, cuenta con dos zonas independientes: la de la ducha y la de los lavabos. La primera se elevó unos centímetros del suelo para impedir la salida de agua y el interior se revistió con tarima de teca para evitar resbalones. Además, se cerró con una mampara de cristal transparente que permite el paso de la luz. A continuación, se instaló una encimera de mármol en la que se encastraron los lavabos.