Un piso antiguo renovado
El arquitecto Josep Anton Llorens logró crear en este piso barcelonés ambientes amplios y luminosos, sutilmente delimitados.
La mayoría de los pisos antiguos que encontramos en las grandes ciudades cuentan con una serie de características que los hacen especialmente atractivos. Los techos altos decorados con molduras de escayola, los suelos de parqué o de mosaico hidráulico, y los grandes ventanales hacen que estas casas no tengan nada que envidiar a las nuevas construcciones. El único inconveniente que suelen presentar es una distribución con numerosas y pequeñas habitaciones.
Éste era el caso de esta vivienda situada en el centro de Barcelona. Pero el arquitecto Josep Anton Llorens se las ingenió para adaptar sus 160 m2 a las necesidades actuales y conseguir espacios amplios y luminosos. Para ello fue necesario derribar algunos tabiques, y optó por muebles y paneles correderos para delimitar los ambientes. Así, entre el estar y el comedor colocó una librería con un amplio hueco central; entre el comedor y la cocina, un panel corredero; y en el dormitorio, gracias a un mueble bajo con puertas y cajones en ambos frentes, logró crear dos ambientes —zona de descanso y vestidor—. Todos estos elementos son diseños del propio arquitecto realizados en madera de cedro. La carpintería es uno de los puntos fuertes de la decoración, ya que sirve para dar calidez y unificar visualmente los ambientes. Siguiendo esta misma premisa, laqueó las puertas en blanco y pintó las paredes de toda la casa en un tono amarillo muy suave, excepto en la cocina y en el cuarto de baño, donde optó por un atrevido naranja en el primer caso y un intenso azul en el segundo.
En los suelos, decidió respetar el encanto del mosaico hidráulico original de la casa, con sus característicos dibujos geométricos, y lo alternó con parqué y grandes losetas de Silestone. Esta combinación de materiales clásicos y tradicionales con otros más novedosos y actuales, como acero inoxidable o Corian, es una constante en la decoración de esta casa. El resultado es una vivienda de línea moderna, muy acogedora, en la que prima la comodidad. Por eso, a la hora de amueblarla, se tuvo mucha precaución con no saturar los ambientes, elegir piezas funcionales —la mayoría diseñadas por el arquitecto—, y telas y tapicerías lisas en tonos crudos.
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Enamórate de este piso pequeño pero encantador