Un piso con 93 m² armónicos

La decoración de esta vivienda se caracteriza por el uso de muebles de diseño ligero sobre un fondo de color neutro que transmite serenidad y equilibrio.

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No existe ni una sola nota discordante en la decoración de este piso. Colores, volúmenes y espacios perfectamente equilibrados se suceden a lo largo de sus 93 m2 útiles. La distribución es, en parte, responsable de esa sensación de armonía. Desde el recibidor se accede, a la izquierda, a la cocina, con un tendedero incorporado; de frente se encuentra el salón comedor, con una planta rectangular. A la derecha del recibidor se sitúan los dos dormitorios de la vivienda, el juvenil y el principal, con su propio cuarto de baño, y otro baño de uso común.

La sensación de armonía se debe, también, a la gama de color utilizada en toda la casa: una base en tonos neutros, sobria y elegante, que se caldea y se llena de viveza con sutiles toques en fresa. Para conseguir esa percepción de ambientes equilibrados se puso especial atención en la elección de piezas de líneas sencillas, con diseños actuales que no pesan visualmente. El uso de cristal transparente, tanto en muebles como en elementos constructivos, fue asimismo clave para lograr espacios desahogados.

Esta vivienda pertenece a la promoción El Bercial, de Nozar, situada en la C/Glaser, 4, Getafe (Madrid). www.Nozar.es. Teléfono: 902 442 255.

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La zona de estar parece más amplia gracias a la mesa.

Al ser de cristal transparente, a través de ella se ven las dos butacas y el aparador. Mesa, de Bazar. Butacas, cortinas y alfombra, de Rabadán. Aparador, de Artespaña. Jarrones, de Balda.

El sofá, de líneas rectas y tapizado en una chenilla de color chocolate, transmite sobriedad y elegancia.

Para que su volumen no oscureciera en exceso el ambiente, sobre él se colocaron cojines en tonos claros. Sofá, de Rabadán.

En el comedor se ha mantenido la misma combinación de tonos y materiales que en la zona de estar.

La mesa es un diseño de Artespaña, muy ligero, con sobre de cristal y patas de madera de wengué. Las sillas combinan estructura de wengué y tapicería clara. Sillas (125,80 € c/u) y alfombra de bambú; todo, de Domus. La vajilla y los floreros son de Bazar.
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Las alfombras desempeñan un papel clave:

delimitan los diferentes ambientes con los que cuenta el salón.

La ventana se vistió con visillos en color crudo y con cortinas en tono chocolate con motivos estampados en marfil.

Para deslizarlas con comodidad, se colgaron de una barra doble, de venta en Ferretería Ortiz. Cortina confeccionada con una tela de Ybarra & Serret, de venta en Rabadán.

Desde el distribuidor se tiene una excelente perspectiva del salón.

Dos recursos decorativos potencian este efecto óptico. Por un lado, la continuidad del suelo, sin ningún elemento que separe ambos espacios. Por otro lado, la puerta de acceso al salón: un vano muy amplio con dos hojas que combinan cuarterones de cristal al ácido. De Bazar: consola, lámpara y espejo.

En la cocina se eligieron armarios lacados en blanco, con acabado brillante.

La encimera, de Silestone en color negro, rompe con la monocromía y dibuja un plano que marca mejor la diferencia entre los armarios altos y los bajos. El Silestone se prolongó en el frente de cocción para proteger la pared, y en especial las juntas de los azulejos, de las manchas de grasa.

Los muebles de cocina se alinearon en un solo frente, lo que permite pasar cazuelas desde la placa al fregadero sin riesgo de que caigan manchas al suelo.

La campana extractora es un modelo decorativo que otorga más protagonismo a la zona de cocción. Campana y horno, de Balay. Complementos y menaje, de Balda.

En el dormitorio juvenil, los muebles de madera de pino envejecida añaden un encanto especial.

La cama tipo barco se utiliza durante el día como un sofá. El escritorio se adosó a la ventana para estudiar con luz natural. Además, así se oculta el radiador. De VTV: cama, silla, escritorio, lámpara y colcha. Cojines, de Usera Usera. La foto enmarcada es de Maluna.

El cubrecanapé del dormitorio principal se realizó a juego con el cabecero.

Ambos están confeccionados en Rabadán con un algodón en color gris marengo. Plaid, de Textura. Cojines, de Usera Usera. Las mesillas de madera de wengué y las lámparas de sobremesa proceden de Artespaña.

Junto a la ventana del dormitorio principal se situó una butaca tapizada con una chenilla en tono fresa, de la firma Ybarra & Serret.

Su color es un toque de vitalidad que alegra el ambiente. Butaca y cortinas, de Rabadán.

El lavabo se instaló sobre un mueble que combina una buena capacidad de almacenaje con un aspecto muy ligero.

Lavabo, de Roca. Mueble con estante, cajones y encimera de mármol, de Porcelanosa. Toallas, de Textura.

PLANO

El protagonista de la zona de estar es el color chocolate, pero en distintos acabados, para añadir más dinamismo al ambiente. El uso de los mismos materiales potencia la sensación de continuidad entre la zona de estar y el comedor. La cocina está decorada en blanco y negro, una combinación actual, con toques en fresa que restan seriedad al conjunto. La base decorativa del dormitorio es muy sobria: un telón de fondo neutro que admite textiles en tonos alegres y vistosos. Los complementos, en diferentes tonos de la gama del rosa, unifican los ambientes de las zonas privadas.

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