Una casa muy cosmopolita

La artista belga Isabelle de Borchgrave nos abre las puertas de su casa, presidida por el color rojo, los textiles, su minucioso trabajo y una atractiva mezcla de objetos decorativos procedentes de otras culturas.

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Vibrante, colorista y sorprendentemente especial, así es la original casa de la artista belga Isabelle de Borchgrave. Frente a los tonos neutros de techos, muebles y paredes, el color rojo domina con fuerza en todas las estancias, eso sí, siempre bien acompañado de azules, ocres y verdes. El mobiliario de diseño discreto se ve enriquecido con piezas y textiles llamativos que la propietaria, empedernida viajera, se ha traído cual souvenirs de sus viajes por el mundo. 

Las telas estampadas visten mesas, sillas, cojines, ropa de cama o las espectaculares cortinas proporcionando a cada rincón un look exótico. Todo ello salpicado con esculturas y cuadros, realizados por la artista, y por los libros presentes por toda la casa. La pasión que tiene Isabelle por el papel va más allá de la literatura, ya que hace auténticas maravillas con él. Desde la colección de aves en papel maché que recorre el suelo del salón, hasta los mini vestidos decorativos, típicos de Tíbet, India, Kashmir y Turquía que decoran su casa.

Influida por el artista español Mariano Fortuny y Madrazo, pintor y diseñador ecléctico de principios del siglo XX, Isabelle expone en su atelier de Bruselas, hasta el 15 de marzo de 2013, una muestra de sus impresionantes trajes de fiesta en tamaño real y confeccionados en papel. Kaftanes, trajes de alta costura o de época hacen gala del famoso plisado Fortuny. Echa un vistazo a sus creaciones en su página web www.isabelledeborchgrave.com 

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Sala de estar en tonos rojos

La chimenea, encastrada en la pared y flanqueada por dos librerías de obra, preside majestuosa el amplio salón. En torno a ella, dos generosos sofás invitan a una reconfortante charla al calor del hogar. Una mesa baja y unas sillas recuperadas de madera completan el mobiliario. Libros, esculturas y cuadros -obra de la propietaria-están siempre presentes por toda la casa.

Apuesta bicolor

Junto al salón se dispuso el comedor, delimitado por dos alfombras. La mesa se cubrió con un exótico mantel estampado en rojo y azul, dos colores que sirven de nexo de unión en ambos ambientes. La fuerza de uno y el sosiego del otro logran mantener un perfecto equilibrio. Al fondo, otra obra de la propietaria.

Obras de arte

Además de libros, las librerías son fiel reflejo de nuestro espíritu viajero o de nuestras inquietudes. Esta, de obra, recoge las aficiones de la dueña de la casa: escultura, pintura y originales trajes realizados en papel.

Puerta con magia

Un fantástico mueble escritorio, que semeja un edificio, y una silla de original respaldo forman este singular rincón del salón. Junto a él, en lugar de puerta se colocó una cortina de espectacular belleza, cuyo dibujo central en forma de arco deja que la luz se cuele de una habitación a otra. Al correr la cortina se llega a un segundo comedor, utilizado por la propietaria cuando tiene invitados a cenar.

Una escalera de perchero

Apoyada al final de la estantería de obra, una escalera de madera lacada en rojo hace las veces de original perchero. Sin duda, un lugar perfecto para exhibir las exóticas telas estampadas, ropas y collares que Isabelle ha adquirido en diferentes mercadillos de distintas partes del mundo. Como se puede apreciar, el rojo y el azul son una constante que, en variados matices, se repite en todas las estancias.

Colecciones para decorar

Una mesa baja de varios pisos pegada a la pared resulta un excelente lugar para exhibir nuestras preciadas colecciones; como esta, de cajas de madera, rodeada de objetos curiosos procedentes de varios países.

Comedor entre columnas

En el comedor de invitados nos reciben dos columnas decorativas, rematadas en la parte superior con focos de luz.Entre medias, un cómodo sofá repleto de cojines resta seriedad al lugar. Las paredes están decoradas con un pequeño cuadro de la propietaria y unas composiciones de espejos.

Detalles exóticos

Una mesa con borriquetas y, en el suelo, exóticas aves de papel maché.
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Libros, libros y más libros

En mesas altas, bajas, de comedor o auxiliares... Los libros tienen un papel fundamental en la decoración de la casa, sobre todo, si son de temas apasionantes como estos de pintura y técnicas de papel.
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Bendita terraza

Por pequeña que sea, coloca en ella una mesa y un par de sillas plegables, que sirvan tanto de exterior como de interior. En un día soleado te dan la vida ya sea para desayunar, leer, disfrutar de las vistas o tomar el sol.

Rincón informal

En otra de las zonas de la casa se dispuso una larga mesa roja de madera destinada a disfrutar del desayuno o de comidas más informales. Aunque el auténtico foco de atención de la estancia es el enorme cuadro floral –obra de la propietaria– donde rojos y ocres armonizan con la decoración. A la derecha, una puerta da paso a la terraza.

Cortinas de ensueño

Olvídate de puertas que separan una habitación de otra y de visillos en las ventanas. Cubre estos espacios con llamativas cortinas caladas en forma de bellos arabescos. Por sus múltiples calados se cuela la luz a la vez que dan un toque exótico a un rincón de lectura, como este.

Dormitorio entelado

Con azules, ocres o verdes, el rojo mantiene su cálida presencia en las telas que visten el dormitorio principal: la colcha reversible, el tapiz que hace las veces de cabecero o las originales cortinas con calados geométricos en el centro. La butaca, adquirida en un mercadillo local, se retapizó con un vivo estampado devolviéndole su antiguo esplendor.

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