Después de mucho leer y disfrutar con las revistas de decoración y, en concreto, con MICASA, la propietaria de esta vivienda se animó a decorarla. Con ideas y soluciones que había visto en nuestras páginas, fue eligiendo materiales y acabados. También estudió qué distribución era la más adecuada para su piso: un bajo con porche y jardín; en este punto, fue clave la gran altura del techo que permitió optimizar el espacio, crear sensación de más amplitud y dar al mismo tiempo un aire de loft a la casa.
Entre los aciertos, el impacto visual que consiguió en el comedor y el dormitorio, pintados en blanco, con el contraste cromático en una pared. En ambos el gris pizarra adquiere total protagonismo. La fusión entre interior y exterior también era uno de los objetivos de la dueña. Para ello planteó el porche como una zona de estar más, decorada en blanco, que se pudiera utilizar todo el año mediante la instalación de una cubierta móvil. Además, la creación de tres niveles en el dormitorio principal aprovechando la altura del techo, logró un ambiente más íntimo para la cama, situada en un altillo; pero también supuso ganar espacio para un gran vestidor y un baño amplio.
En cuanto a la decoración, el punto de partida fue el tratamiento dado a las paredes y al techo. Para evitar que el ladrillo de los muros tuviera demasiada presencia y condicionara la elección de muebles y tapicerías, decidió ocultarlo tras paredes blancas. Aún así, el ladrillo queda a la vista en su encuentro con las vigas, para dotarla de un aire rústico y natural, al que también contribuyen las bovedillas originales de la casa. De este modo, creando ambientes a su gusto, con texturas diversas y mezcla de estilos, la dueña ha visto cómo su sueño se ha hecho realidad.
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Una casa para disfrutar todo el año
Decorada en blanco, para lograr un plus de luminosidad, esta zona de estar se protege del calor sofocante en verano y de las bajas temperaturas en invierno mediante una cubierta móvil. Varios pufs y una mesa de centro baja aprovechan bien este espacio, sin recargarlo. Pufs blancos realizados a medida. Mesa procedente de anticuario. Cojines y colchonetas, de Filocolore.
Comedor, salón y porche conectados
La distribución de los ambientes en el salón y la amplitud del acceso al porche hacen más fluida la circulación entre interior y exterior. La conexión visual se garantizó a través de las amplias puertas acristaladas. Mesa de comedor, de Habitat. Sillas, de Vitra. Bandeja y cuadro, de Cado. Lámparas de techo, de Biosca & Botey.
Mix de tejidos en la zona de estar
Los muebles de este ambiente ganan relieve con sus texturas tan diversas. La pana aterciopelada del sofá, los destellos de la alfombra de pelo largo y la piel desgastada de la butaca enriquecen la decoración. La mesa auxiliar de madera natural, un acierto, en armonía con el resto de piezas. Sofá con chaise longue, de la firma Joquer. Cojines, de Filocolore. Mesa auxiliar, de Natura Casa. Pufs redondos modelo Round Cool, de Woodnotes, y alfombra, distribuidos por Francisco Cumellas.
Ambientes que ganan en claridad
El ladrillo visto, original de la casa, se ocultó casi por completo tras paredes blancas para dotar de máxima luminosidad al interior. En el techo, las bovedillas y la viguería se mantuvieron para otorgar autenticidad y dar un aire rústico a la vivienda. Butaca de anticuario, con cojín y plaid, de Filocolore.Cuadro, de venta en Cado. Lámpara de pie, de Pilma.
Una puerta doble corredera comunica o separa el salón y la cocina, según necesidades. También facilita el paso de la luz natural a una zona de la casa más oscura. Este efecto se consiguió mediante cuarterones translúcidos y carpintería blanca, de modo que se mimetiza con las paredes. Con el mismo criterio se eligió la puerta del pasillo.
Pared pintada en gris pizarra
Con este color, que irrumpe en la claridad del salón, la estancia gana profundidad visual. Un tono mate, tan rotundo, se convierte en punto focal, al tiempo que hace más acogedor y exclusivo el comedor, decorado con una acertada fusión de estilos. Aparador, de Azul Tierra. En la bandeja y la fuente, individuales y servilletas de tela en rollo, de la firma Mydrap. Alfombra, de Francisco Cumellas.
En la cocina, binomio blanco y gris
Las dimensiones del paso a la cocina y su mobiliario en blanco crean sensación de más amplitud. Equipada con mobiliario y encimera blancas, el pavimento de pizarra, por contraste, se convierte en el factor sorpresa. Mobiliario de cocina, de In Studio. Electrodomésticos, de Gorenje. Encimera, de la firma Silestone.
Diseño limpio en el mobiliario de la cocina
Puertas lisas, tiradores de barra y la pureza del blanco definen el estilo de esta cocina, con una estética intemporal. Un reloj grande y minimalista colocado por encima de los muebles destaca la gran altura del techo en esta zona.
Distribuir el dormitorio en tres niveles permitió optimizar su espacio. En un altillo se situó la zona de descanso; abajo, un vestidor amplio y bien iluminado; desde éste, unos escalones conducen al cuarto de baño. El techo, las lámparas colgantes, el gran ventanal y la barandilla lo convierten en un loft. Lámparas, de Biosca & Botey. Cómodas, de Ikea.
Dormitorio, espacio íntimo
Se logró con la ubicación de la cama en el altillo y la sensación de refugio y tranquilidad se reforzó con el uso del color y los tejidos. La pared en tono pizarra crea una atmósfera de calma y calidez, ideal para descansar. Cama, de Pilma. Colcha, cuadrantes, cojines y plaid, de Filocolore. Mesitas, de Azul Tierra. Lámparas articuladas, de Biosca & Botey. Butaca, de Little House. Cuadro, de Cado.
En el baño, grifería, de Hansgrohe y toallas, de Filocolore.
El mobiliario blanco se combina con el gris de la ropa de cama y el papel pintado que protege la pared y hace más acogedora la habitación. Las rayas burdeos de éste y las pinceladas del mismo tono en algunos cojines animan la decoración. Cama, de VTV. Mesa de juego y baldas, de Ikea. Colcha y cojines, de Textura y Zara Home. Mural, de Mireia Comas.
Plano e ideas decorativas
- Las bases de este proyecto decorativo son el color blanco en paredes y la madera cálida en suelo y techos. La homogeneidad transmite armonía; también es elegante.
- Comedor y dormitorio se convierten en ambientes más personales con un cambio de color radical.
- Un color oscuro y mate en una pared, como el gris pizarra, verde bosque, azul marino, berenjena... altera la unidad cromática. Pero, si se elige bien el lugar para aplicarlo, el espacio gana fuerza visual. El mismo impacto se logra con un cuadro o una foto de gran formato.
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