Leonor Fernández Campos y Pilar Rivera Rodríguez, arquitectas del Estudio A 11 Arquitectura, fueron las responsables de la transformación de un antiguo piso madrileño en esta vivienda familiar.
La distribución original, compartimentada y con una zona de servicio que no se utilizaba, se sustituyó por otra más moderna, que respondía a las necesidades de una pareja joven con dos hijas. El objetivo, además, era prescindir de zonas de paso inútiles, de forma que cada centímetro tuviera una función decorativa o práctica. Ahora, el piso se articula en dos zonas: una diurna y otra de noche. La primera, diáfana, queda orientada hacia el oeste y está formada por una sucesión de volúmenes y estilos que van desde los diseños minimalistas de los muebles de cocina y el comedor hasta las piezas de perfiles más suaves del salón.
En la zona de noche, orientada al sureste y formada por los dormitorios y los baños, las arquitectas optaron por una distribución a base de espacios individuales, más reducidos, que potenciaran la sensación de intimidad.
El suelo, una tarima flotante de madera de arce de la firma Kärhs, unifica y sirve como nexo conductor para toda la vivienda.
Lo mismo sucede con la carpintería: puertas y frentes de armarios están realizados en DM lacado en blanco roto y se completan con tiradores sencillos que se integran mejor en una vivienda moderna y funcional.
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El sofá en forma de L se orientó hacia la pared, lo que permitió separar visualmente el salón del comedor, situado a continuación. La librería adosada a uno de sus lados proporciona un valioso espacio de almacén y produce un curioso juego óptico, ya que parece que es el reposabrazos lateral del asiento. La mesa de centro se eligió con estantes y cajas donde se mantienen en orden y fuera de la vista CD, películas y juegos. De Nuar Interiorismo: sofá y librería baja, de la firma Flexform.
En cada zona predomina una gama de color distinta que ayuda a delimitar mejor los ambientes. Las gamas neutras del salón invitan al relax, los materiales oscuros añaden importancia decorativa a los muebles del comedor, y la madera clara absorbe y matiza los reflejos del sol en la mesa de trabajo. Librería de la firma Porro, adquirida en Studiostaff.
Las líneas puras de los muebles contribuyeron a aligerar el efecto de unos materiales con gran peso visual: roble ahumado para la mesa y cuero negro en las sillas. Al fondo se creó un rincón de lectura que goza de cierto grado de intimidad gracias a la presencia de un muro. Mesa, de Studiostaff. Sillas, de Bontempi. Chaise-longue, de Nuar Interiorismo. Jarrones, de LaDecó. Centros con flores, de Arteflor.
Se decidió que debía ser un espacio impactante. La pared, pintada en un intenso tono rojo, y el cuadro de gran formato hacen que pasen desapercibidos los armarios situados a la derecha: un frente de suelo a techo que oculta la presencia de una viga.
El Estudio A 11 Arquitectura diseñó un sistema de hojas correderas con doble acristalamiento y persianillas interiores. Gracias a ellas es posible graduar el nivel de independencia que se quiere dar a la cocina: cuando están abiertas, el frente de cocción queda integrado en el salón como una zona más.
La presencia de vigas que no se podían suprimir por motivos estructurales se salvó con falsos techos de distinta altura. Esta aparente irregularidad da lugar a un atractivo juego de niveles que se traduce en una sensación de initimidad en las zonas inferiores, como el rincón de lectura o el recibidor. Los muebles de la cocina, discretos y sin tiradores, facilitan su integración con la vecina zona de estar. Los electrodomésticos se panelaron a juego para ocultarlos a la vista. La placa se instaló en una isla de granito negro con barra de desayunos que sirve de elemento de transición hacia el salón.
La iluminación se resolvió con apliques empotrables. El radiador es un modelo plano, que no dificulta el paso, y que se puede lacar a tono con la pared, para que no desentone con la decoración. Cama Openside, de la firma Matteograssi, de venta en Nuar Interiorismo. Funda nórdica, de Habitat. Manta, de KA International. Apliques, de Ideas Luz. Radiador Arteplano, de Runtal.
Diseñado como nexo de unión entre el dormitorio principal y su cuarto de baño, se planificó para dotar de una función práctica a lo que habría sido una zona de paso desaprovechada. Al instalar también el lavabo, el vestidor sirve además como tocador. Lavabo y módulo con gaveta, de Arte Bronce.
Se distribuyó en forma de U, con la bañera a la izquierda, una ducha al fondo y los demás sanitarios alineados en la pared de la derecha. La elección de los revestimientos responde a un doble criterio. Por un lado, se trata de piezas de gran formato que, al instalarse sin apenas juntas, potencian la sensación de amplitud. Por otro, el color gris transmite un ambiente de intimidad muy apropiado para el cuarto de baño. Para evitar que el conjunto resultara demasiado sobrio, se introdujeron toques rojos en la pintura y los complementos.
Plato de ducha con suelo de madera, inodoro y bidé, de la firma Galassia. Bañera Starck, de la firma Duravit. Todos los sanitarios se adquirieron en Arte Bronce. Revestimiento porcelánico en acabado Fumo di Londra, de Gunni & Trentino. Flores, de Arteflor.
El Estudio A 11 Arquitectura planificó el dormitorio de cada hermana en un color diferente para que las niñas sintieran el espacio como propio. En este caso, se optó por una combinación de azul y verde pistacho. La zona de trabajo se situó debajo de la ventana para estudiar con luz natural. A la derecha se aprecia la puerta de acceso al cuarto de baño y la cama: un modelo alto que incluye cajones y armarios debajo del somier. De venta en Nuar Interiorismo: silla; mesa y cajonera, ambas de la firma BM.
El cuarto de baño infantil se ubicó entre las dos habitaciones de las niñas. Así cada una tiene acceso a él desde su dormitorio a través de una puerta corredera, lo que permite utilizarlo de forma independiente. Sin embargo, cuando las hermanas quieren comunicarse entre sí, basta con dejar ambas hojas abiertas. En el segundo dormitorio predomina el color naranja, aunque con ligeros toques en verde y azul que armonizan tanto con los colores del cuarto de baño como con la decoración de la habitación infantil contigua. La cama es un modelo nido que incluye un módulo con cajones. Librería, mesa, cajonera y cama, de la firma BM. Todo el mobiliario, incluida la silla, se compró en Nuar Interiorismo.
La vida familiar se desarrolla en un espacio diáfano compartido por el salón, el comedor y la cocina.
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