Un dúplex moderno en Málaga
En esta vivienda, hogar durante las vacaciones, predominan los ambientes modernos, en los que se alternan los tonos neutros con madera y acero.

Los propietarios de este dúplex, una joven pareja, llevaban tiempo buscando un lugar donde pasar el verano, a ser posible cerca de la playa y con espacio para invitar a sus amigos durante las vacaciones. Esta vivienda malagueña cumplía todos los requisitos: tres dormitorios, cada uno con su cuarto de baño, amplias terrazas con fabulosas vistas al mar y, lo mejor de todo, una ubicación envidiable. Se encuentra en la urbanización Gran Bahía de Marbella, situada junto a la playa y con estupendos jardines comunes.
La distribución original de la casa se adecuaba a la perfección a sus necesidades, así que no realizaron ninguna reforma. Se divide en dos pisos: salón-comedor, cocina, aseo y un dormitorio con su cuarto de baño en la planta baja y dos dormitorios más con otros dos baños en la primera planta. En cuanto a la decoración, andaban un poco perdidos y escasos de tiempo; así que se pusieron en manos del estudio de interiorismo Elements Living, quienes se ocuparon hasta el último detalle. En primer lugar, optaron por un tono crema muy suave para las paredes y colocaron alfombras en ciertos ambientes con el objetivo de restar frialdad a los suelos de mármol. Para los muebles, los decoradores eligieron una combinación de tonos crema —sobre todo en las tapicerías—, con madera en varios acabados y acero mate. El color se reservó para los complementos; el estar, por ejemplo, está compuesto por un sofá con chaise-longue tapizado en blanco, varios cojines coordinados con una butaca naranja y una mesa de centro en acero y wengué.
En el comedor se siguió la misma tendencia: sillas tapizadas en color crudo y muebles en acero y madera de wengué. Como es lógico en una casa de vacaciones, y dado el clima tan agradable de la zona, los dueños deseaban pasar gran parte del tiempo al aire libre; por eso, en la terraza de la primera planta se ubicó un agradable comedor, decorado con muebles de forja y cristal. En los dormitorios, en cambio, lo que se pretendió fue crear ambientes relajantes que favorecieran el descanso. Se consiguió eligiendo como base tonos neutros y muebles de madera, aunque cada uno se completó con detalles en colores más llamativos: lila, mostaza, marrón chocolate, etc., que imprimen una nota personal a cada espacio y lo hacen diferente.