Un dúplex en Marbella

La búsqueda de sosiego y relax condujo al protagonismo de los tonos marfil en este dúplex familiar. Una decoración donde impera el orden y la simetría refuerza la sensación de calma presente en los ambientes.

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El amable clima y las bellas playas de la costa marbellí se colaban con bastante frecuencia en los sueños de los hoy propietarios de esta vivienda, no en vano, ya eran habituales de la zona en periodos estivales. De procedencia italiana, su pasión por esta localidad de nuestra geografía, más el deseo de adquirir una casa de vacaciones les impulsó a comprar este agradable dúplex, ubicado muy cerca de Marbella. Desde un primer momento les enamoró la acertada distribución, planteada de forma muy racional, por no hablar de su privilegiada situación: fácil acceso a la playa, próximo a clubes deportivos y con unas vistas maravillosas sobre el mar y la montaña; un delicioso atractivo al alcance de pocos. La elección de los materiales también supuso una baza importante a su favor; tonos suaves tamizan la increíble luz natural que reciben los interiores. Mármol pulido en color marfil, travertino en los baños, y carpintería y paredes en el mismo tono crema, crean una unidad cromática elegante y diseñada para acoger estilos decorativos variados. Así lo pensaron y llevaron a cabo los profesionales de la promotora Greenlife States, cuyo objetivo era huir de los excesos en la estructura ya que, a la larga, suelen provocar rechazo y terminan por limitar el estilo personal del propietario.

Respecto a la decoración, Jochen Ströbel, del Estudio Interna, fue el interiorista elegido por la propietaria para llenar de vida este escenario tan cuidado. Una filosofía basada en la sencillez fue la clave para lograr un ambiente de vacaciones sosegado, alejado del estilo rústico, pero con todo el encanto y la fuerza de la costa del Mediterráneo.

Bajo esta premisa apostó por líneas rectas y limpias, el predominio de tonos naturales, y la justa combinación de maderas y acero. De la simetría de algunos ambientes surgió el equilibrio necesario para relajar la mente. 

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El salón

La zona de estar se organizó junto a uno de los generosos ventanales que comunica con la terraza. El paisaje y la luz entran así a formar parte activa de la decoración. Este efecto se vio reforzado por la presencia de tapicerías y acabados en colores muy claros. Sofás Charles, tapizados con el modelo Lici y editados por B&B Italia. Las butacas, la mesa de centro en roble y las auxiliares de acero las produce Maxalto. Todas las piezas se pueden adquirir en el Estudio Interna. 

Ventanales

La orientación de la vivienda junto con la amplitud de los ventanales facilita la generosa entrada de luz. Una característica muy apreciada pero que, a determinadas horas del día, debe matizarse para proteger el interior del intenso calor. Esto se logró al combinar ligeras cortinas de algodón con estores de lamas regulables. 

Espacio de almacén

La distribución simétrica de los muebles, en especial cuando se trata de piezas grandes, es la mejor aliada para transmitir sensación de orden a los espacios. En el salón este efecto se logró al colocar dos estanterías idénticas, una a cada lado de la chimenea, y enfrente, una pareja de lámparas, también iguales, en acero pulido. Estanterías realizadas en madera maciza de roble, de la firma Maxalto. Se adquirieron en el Estudio Interna. 

El comedor

Los muebles que componen la zona de comer se eligieron en sintonía con los de la zona de estar; una alfombra de pelo largo delimita este espacio, aunque el juego de materiales y colores unifica los ambientes. Mesa de comedor en roble decapado y sillas en el mismo material, de Maxalto. Las lámparas de aluminio son de la firma Tobías Grau. Todo se compró en el Estudio Interna. 

El recibidor

El acceso a la vivienda se realiza a través de un amplio distribuidor abierto al salón. Con el fin de definir el espacio, se optó por una decoración más solemne, con una cómoda artesanal de estilo clásico, sobre la que destacan algunos detalles más actuales. La cómoda, de madera de jatoba envejecida, fue realizada por un artesano alemán. El cuadro y la original lamparita se adquirieron en el Estudio Interna. 

La cocina

La planta cuadrada de la cocina favoreció positivamente su distribución. Se optó por colocar muebles en todos los frentes para ampliar la capacidad de almacén. Una barra de desayunos, adosada a la pared y realizada en granito como la encimera, completa la cocina. Los armarios, con el frente de cerezo y tiradores de acero, son de la firma Snaidero. 

El dormitorio

A la hora de decorar la zona de descanso se buscaron elementos perfectamente conjugados; se apostó por un estilo depurado, con predominio del blanco y de estructuras ligeras. El objetivo fue lograr un ambiente coherente, que transmitiera sensación de calma desde la puerta. Butaca, de B&B Italia. Cuadro sobre la cama, de Carlos Arriaga. La cama se tapizó con una tela, de Andrew Martin. 

Escritorio

Siempre que existe espacio disponible en el dormitorio se recomienda contar con algún mueble de apoyo, una cómoda, un tocador o, como en este caso, un escritorio. Decorativamente sirven para cerrar el espacio y, además, permiten disponer de un rincón de trabajo o lectura en un agradable entorno privado. Escritorio de madera de wengué y patas de acero, a juego con las mesillas de noche, todo de la firma Maxalto. La silla modelo Milano y el flexo cromado, son de Gunter Lambert y se adquirieron en el Estudio Interna.

Paso al baño

Desde el dormitorio principal se accede al cuarto de baño a través de un pequeño vestidor. Cómoda, de Poliform, adquirida en el Estudio Interna. Lámpara de sobremesa, de Santa & Cole. 

El cuarto de baño

Como se puede apreciar, la continuidad es fundamental, con los mismos materiales y colores en todos los espacios, incluso los muebles cuentan con acabados claros que se integran como parte del conjunto.

Lámpara de mesa

Sea cual sea su diseño, es clave como complemento sobre una mesa auxiliar, más aún sobre la mesilla, por su valor decorativo y la agradable luz que ofrece.

Ideas

- El techo se remató con una sencilla cornisa que esconde un sistema de iluminación indirecta. Además resulta muy útil para ocultar a la vista las guías de las cortinas y de los estores.
- Los elementos cromados son un recurso muy acertado para aligerar la presencia de acabados en wengué.
- Al pintar la pared en el mismo tono del revestimiento se ganó continuidad y amplitud visual.

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