Desde la entrada se accede directamente al triple espacio cocina-comedor-estar. La distribución de la vivienda se modificó casi por completo creándose dos grandes áreas: la pública es una superficie diáfana, y la privada la ocupan los dormitorios. El principal dispone de baño incorporado.
Más luz y orden
La distribución laberíntica de este piso era la típica del siglo pasado, con muchas habitaciones pequeñas. Tenía cuatro dormitorios, algunos sin ventanas, y por tanto, sin luz. El primer objetivo fue modificar un trazado compartimentado y obsoleto, para, en su lugar, abrir espacios diáfanos y luminosos.
Se tiraron muchos tabiques y de los cuatro dormitorios existentes en origen se hicieron solo dos más amplios. También se añadió un nuevo baño y se trasladó la cocina de lugar, ya que estaba en la entrada, uniéndola a la superficie continua que ahora forma junto con el comedor y el salón. Estos tres ambientes reciben buena luz de un gran ventanal, y por si fuera poco, se rentabilizan todos los metros disponibles. Un suelo de roble ayuda a crear la continuidad visual y espacial deseada.
Objetivo: funcionalidad
La cocina queda separada del comedor por una barra utilizada para comidas rápidas de diario que incorpora encimera con área de fregadero y en la parte interior, el lavavajillas.
Materiales
Madera en el pavimento y mármol en las paredes ponen de manifiesto la calidad de los revestimientos, que añaden un valor estético a la casa. La iluminación se ha cuidado mucho y cumple una importante función práctica. Se han empleado focos de techo, lámparas suspendidas sobre zonas de trabajo y modelos de pie y mesa para crear zonas más íntimas, o por el contrario, más dinámicas, y para mejorar la luz de manera puntual. Todo ello según los diferentes efectos a conseguir en cada una de las áreas.
Detalles chic
Sin tener un estilo definido, la decoración es moderna y súper actual. La mayoría de los muebles proceden de mercadillos físicos y online, por lo que la mezcla resultante es muy dinámica: elementos vintage y de estética industrial. También piezas icónicas del diseño, como las sillas de Platner, en metal y terciopelo.
Telas protagonistas
Por último, tapicerías y textiles son el complemento perfecto para enriquecer el conjunto. Cojines multicolores, de dibujos vivísimos, realzan sofás y butacas; colchas y plaids visten con estilo las camas; alfombras lisas o estampadas personalizan los suelos... Son la guinda del pastel que llena de vida los interiores.