El cambio más importante fue la construcción de un porche adosado a la fachada trasera, con un cerramiento acristalado que, no solo llena de luz el espacio, sino que también conecta el interior de la vivienda con el jardín. “Especialmente en verano, cuando las puertas están abiertas y las fronteras entre interior y exterior desaparecen.Es un rincón ideal, un salón al aire libre perfecto. Además, como queda camuflado entre árboles y vegetación, nos sentimos como si estuviéramos en un escondite secreto”, asegura la pareja, entre risas.
En el interior de la vivienda, el sello personal de Ilonka es más evidente: el color de las paredes, los muebles, pequeños complementos… “Soy una persona amable, simpática y abierta, y eso se refleja en los colores que uso”, nos cuenta. “Me gustan mucho los tonos pastel, y los alterno con blancos y cremas. Ahora manda el rosa, y lo he combinado con un verde oliva, tonos crudos y detalles dorados para restarle algo de dulzura”.
Ilonka es una auténtica experta a la hora de renovar la decoración a través de los colores. Pinta paredes, muebles, jarrones, macetas… “Y si no me gusta como han quedado, los pinto de nuevo. Tengo una gran colección de pinturas en espray de diferentes colores y, como se aplica muy fácilmente de forma rápida y cómoda, no me da pereza ponerme a ello. Mis macetas tienen tantas capas de pintura ¡que han aumentado su tamaño!”, apunta entre risas.En cambio, a la hora de adquirir una pieza nueva, es más reflexiva. Le gusta tomarse su tiempo, conocer bien la casa, descubrir qué necesita. “¿Habéis visto la mecedora del salón? Estuve tres años pensando si la compraba o no, ¡y ahora es mi mueble preferido!”. Antes de despedirse, comparte con nosotros un truco para no dejarse llevar por compras impulsivas: “Una silla, plantas, cojines… lo anoto todo en un papel que llevo siempre conmigo, en mi cartera. Además, siempre intento recuperar muebles o complementos que ya tenga en casa, darles una segunda oportunidad”.
Realización: I. Dekkers Y S. Gortworst.