Un cubo en mitad de la casa
Dos muros de carga gemelos, orientados en la misma dirección y paralelos entre sí, delimitan en planta casi un cuadrado perfecto. El equipo aprovechó esta particular geometría para unirlos revistiendo su perímetro con lamas verticales de madera de iroko, generando un único volumen.
También bajaron el falso techo dentro del mismo, para esconder instalaciones y enmarcar así el paso. Además, utilizaron el color naranja en todos los paramentos interiores para exagerar aún más el concepto de “cubo atravesado por un pasadizo”.
Se empleó laca satinada en los muebles y en los tableros registrables del falso techo, y resina en el suelo casi de idéntico color, textura y brillo.
Pero este cubo no solo es un paso, ya que el cliente, melómano sin remedio, decidió crear un espacio donde disponer de un "exquisito" equipo de música para amenizar la zona de estar.
No te lo pierdas: EL LOFT DE UN MELÓMANO EN MADRID