Un piso de espíritu nórdico en el casco antiguo de Pamplona

Se trata de un primero exterior con vistas a dos calles. El estado inicial de la vivienda era bueno, pero necesitaba un restyling para hacerla mucho más luminosa, espaciosa y, sobre todo, acogedora.

En el salón, el contraste lo ponen ciertos elementos decorativos en color negro, y un cuadro de gran formato de estilo abstracto en tonos tierra y negro.

En cuanto a la iluminación del comedor, se eligió una lámpara de Maisons du Monde con bolas de cristal ahumadas. Junto a esta, un mueble vajillero que esconde la caldera y, además, da servicio como alacena, integrado con las mismas puertas de cocina y creando de nuevo ese hueco en madera.

Acompañando a la mesa blanca circular, encontramos unas sillas a juego con patas de madera.

El salón gira en torno a la chimenea que ya estaba en la vivienda, siguiendo con la tónica del blanco en paredes y textiles en gris, como el sofá-cama y el sillón.

En la cocina, con mobiliario de IKEA, se construyó una barra de desayuno. Las encimeras y el frente fueron realizados por el carpintero con acabado en madera.

La única separación entre la cocina y el resto de la estancia es un tabique que cierra el espacio estratégicamente.

Para mayor comodidad, el microondas y el horno se situaron uno encima del otro en el mismo armario.

El espacio del salón, delimitado visualmente por una alfombra con motivos geométricos, gana un toque de alegría gracias a las plantas.

El sofá y la butaca en tonos grises, se animan con unos cojines estampados en la misma gama cromática.

Las vigas de madera expuestas recrean un estilo rústico chic perfecto para conseguir ese ambiente acogedor y hogareño.

La entrada resulta especial por la combinación de papel geométrico en tonos verde mint y blanco, y por la lámpara colgante bola que aporta el toque moderno.

En el cuarto de baño, una de las paredes se revistió con cerámica Oak para romper con el blanco dominante.

Para aprovechar al máximo la superficie del baño, optaron por una ducha de obra con mampara de cristal. El mobiliario es de IKEA.

Un par de fotografías en blanco y negro decoran la pared del pasillo mientras mantienen la estética nórdica.

En el dormitorio principal se dispuso un cabecero de Calma House en color gris, y textiles neutros mezclados con verdes.

Las lámparas de mesa en color son de la tienda Camino a Casa. Bajo ellas, las mesillas de madera aportan calidez, y en el techo, una gran lámpara de metal blanco crea unos bonitos efectos ópticos de líneas al encenderla.

Varias láminas en blanco y negro visten la pared principal.

La habitación doble cuenta con dos camas nido en madera natural, un escritorio, y mesillas de IKEA en color blanco.

Los textiles en tonos mostaza y negro le dan una estética más fresca.

Los detalles decorativos, pocos pero bien elegidos, abogan por la belleza de la sencillez.

En ambas habitaciones se hicieron armarios a medida con puertas lisas blancas.

Fotos e información: Cortesía de Jaione Elizalde.

http://www.jaioneelizaldehs.es