Félix Davilla / lafotobelle.com
Sentirnos a gusto en nuestra propia casa no es cuestión de suerte, sino de elección, ya que solo lo conseguiremos si la dotamos de alma y personalidad. Como este piso ubicado en un edificio histórico de Chamberí, que, tras la reforma ganó estilo y luminosidad gracias a la estudiada combinación de piezas vintage y diseños modernos que habitan en cada rincón.
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Las dos butacas de color verde fueron adquiridas en el Rastro.
Las flores que dan vida al balcón van a juego con la gama cromática del mobiliario.
Un espacio para compartir
En el salón comedor, las contraventanas fueron pintadas con un tono verde fresco de Jotun.
El cojín con la bandera de Inglaterra de la firma Interior Cinco, y la lámpara de techo con forma de tomate de Bordallo Pinheiro, avivan la decoración con su colorido y estética retro.
Un toque de nostalgia chic
Las contraventanas mantienen intacta la esencia histórica del edificio, como un guiño al pasado.
La madera es clave en el diseño de la cocina
Además, el papel pintado protegido por un vidrio actúa como salpicadero. Estilo y funcionalidad, ¡todo en uno!
La cocina precede a uno de los dos dormitorios, coquetamente cerrado con puertas de estilo francés.
El detalle de las luces de neón eleva al máximo el estilo moderno de la cocina
Tras vivir casi dos décadas en México, Catherine quiso añadir un guiño con este neón con la expresión mexicana La Onda, de Luisa Álvarez, adquirido en Madrid.
El recibidor es sencillo pero lleno de personalidad.
Junto a la puerta, un cojín de lunares verdes se encarga de vestir un discreto banco, mientras los ganchos de la pared, la lámpara de techo y la mesa revistero, añaden el toque de sofisticación vintage acompañados por los espejos antiguos.
El color blanco elegido para las puertas y las paredes imprime luminosidad a lo largo y ancho de la vivienda.
Ubicado junto a la cocina, Catherine decoró el dormitorio de invitados con una franja de color verde hierba a modo de cabecero.
Sobre el tocador, un espejo de su antigua casa.
Las pinturas sobre el cabecero son de la artista Evelyn Boren, también traídos de México.
Las lámparas colgantes de madera de la firma Luciole, generan el contraste con su estética industrial.
El baño comparte espacio con el vestidor.
A un lado, un armario con baldas y cajones perfecto para acoger la colección de ropa de Catherine; al otro, una ducha de obra decorada con una pared de azulejos con rayas diagonales.
En el otro baño, los mosaicos con diseño victoriano le dan un punto retro que se completa con el libro sobre Londres que reposa en la encimera.
Reforma llevada a cabo por A&A Architectos, Antonia Salvá Llompart y Ana Rodriguez Mendez.
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