Al anexionarle el piso contiguo, la vivienda paso de 70 a 140 m2. Se diseñó una nueva distribución con un amplio salón que comunica con un estudio; el dormitorio principal tipo suite; la cocina y las habitaciones de los niños, que cuentan, además, con una sala de juegos y su propio baño.
ANTES Y DESPUÉS
La vivienda original, compuesta por salón, cocina, baño y tres dormitorios, se reservó para uso y disfrute de los niños. La cocina pasó a ser una zona de lavado, y las habitaciones dieron paso a dos dormitorios infantiles, uno para cada niño, y a una sala de juegos para los pequeños. La obra se aprovechó para pintar paredes y techos en blanco y renovar el suelo con una tarima laminada de Ikea, también blanca, para potenciar así la luminosidad. El vestíbulo y el cuarto de baño infantil, se cubrieron con baldosa hidráulica.
EN LOS METROS GANADOS
La casa anexionada se reformó por completo. Aquí sí que se tiraron varios tabiques, empezando por el central, para ampliar la entrada a la casa y el salón. Éste, al duplicarse, cuenta ahora con comedor, rincón de lectura y otra terraza. Además, se eliminó un segundo tabique, con el fin de unir dos habitaciones y agrandar el dormitorio principal, que se proyectó en suite, con vestidor y baño integrados. Por último, se tiró un tercer tabique, para crear un estudio independiente por el que se accede desde el salón a través de unas puertas correderas. La cocina también ganó espacio, ya que se eliminó el tendedero para contar con un rincón para comidas informales.
ENCANTO NÓRDICO
En cuanto a la decoración, prima la serenidad de los tonos neutros que revive gracias al colorido de piezas, textiles y adornos típicos de las fiestas navideñas.
Realización: Reyes Pérez.