Este piso de 50 m2 es tras la reforma un espacio funcional y luminoso
Con las herramientas adecuadas se pueden "duplicar" los metros reales de una casa y crear un cálido refugio tan zen como éste. He aquí las claves.

Contar con todas las soluciones necesarias de amueblamiento y almacenaje en apenas 50 m2 sin que el espacio parezca caótico o abigarrado, no es tarea fácil. Y todavía resulta más complicado que esa reducida superficie resulte más grande y luminosa de lo que es, en realidad. Eso es lo que ha conseguido el interiorista David Infante, encargado de la reforma, distribución y decoración de este piso tan coqueto y funcional que estaba en un estado penoso. Así lo explica él mismo: "partíamos de una vivienda muy antigua, del año 1927, con apenas 48 m2 útiles y una distribución compartimentada acorde a la época. Había estancias ciegas, corredores inútiles, un minúsculo cuarto de baño y una gran sensación de estrechez en todas las estancias".
GRAN ZONA COMÚN
Por suerte, la casas no tiene muros de carga, ya que el perímetro de la propia vivienda actúa como tal, y las divisiones interiores eran de tabiquería, con lo que fue muy fácil eliminarlas. Las pautas de la reforma eran, precisamente, esas: prescindir de pasillos y vestíbulos, para rentabilizar hasta el último centímetro. Se configuró así una entrada a la cocina-comedor, estos ambientes comparten con el estar un mismo espacio abierto, despejado y fluido. La cocina queda incorporada al salón de manera decorativa, pero sin perder un ápice de su funcionalidad: en muy pocos metros, los muebles ocultan un equipamiento completísimo. Y además se ha resuelto con armarios de dimensiones estándar, no ha sido necesario hacerlos a medida.
COLORES TRANQUILOS
Con esa idea de integración se instaló una tarima porcelánica en toda la casa que imita un suelo de madera natural: así se consiguen dos objetivos. Además de calidez, aporta gran resistencia y facilidad de limpieza, especialmente en la zona de cocina. Y para fusionar en estética los distintos ambientes, se usó una paleta muy natural, con arenas, tostados, grises... animados por brochazos inesperados de naranjas, azules, turquesas, verdes... La deco es acogedora y atemporal, y la atmósfera invita al sosiego: objetivo final cumplido.