Una casa de vacaciones en la playa

Situada en un entorno privilegiado, en la Costa Brava, esta casa de verano predispone a recobrar esa paz tan deseada gracias a sus paisajes espectaculares y a sus confortables interiores.

Casa en la playa, Costa Brava
Hearst

Disponer de una segunda residencia en la playa donde escaparse los fines de semana o disfrutar de las vacaciones de verano es un privilegio, pero si está a orillas del mar, supone todo un lujo.

Los propietarios de esta vivienda situada en Port Lligat, en el término municipal de Cadaqués, lo saben muy bien. Por eso han acertado a sacarle todo el partido a la casa, tanto por fuera como por dentro. Distribuida en dos pisos, cuenta con un amplio jardín que conduce a una de las muchas calas en las que se divide el Cabo de Creus. En la planta baja está el salón, con impresionantes vistas al mar, la cocina y dos dormitorios con sus respectivos cuartos de baño.

Echa un vistazo a todas las estancias de la casa:

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Grandes ventanales

Parte del muro de la fachada se sustituyó por cristal, para permitir la entrada de luz natural.

Salón abierto al mar
Hearst

Una puerta acristalada es el único elemento que separa el interior de la casa de la dorada arena de la playa. Desde la zona de estar es fácil relajarse con las espectaculares vistas. Butaca de loneta, de La Inmaculada Concepción. Plaid blanco, de Filocolore. Lámpara de pie blanca, de Pilma. Alfombra de fibra, de La Maison.

Un jardín con vistas al mar

El jardín de piedrecitas, situado en primera línea de playa, conduce a una coqueta cala donde zambullirse cuando el sol calienta. Tras el chapuzón, unas hamacas invitan al descanso, el bronceado y la tertulia. Tumbonas de rayas, de Habitat. Cojines azules y blancos, de Filocolore. Farolillos, de Luzio (69 € c/u). Bandeja redonda, de Ikea.

Espacios abiertos

En el salón se aprovechó el muro de la chimenea para realizar una estantería de obra similar a la de la zona de trabajo. La escalera comunica con el dormitorio principal y su cuarto de baño. Sofá en forma de L, de La Maison. Cojines tejanos, letras decorativas y boles, de Lu Ink. Mesa de centro, de Mercader de Venecia. Lámpara de pie en arco, de Biosca & Botey. Chimenea, diseño de Marta Esteve.

Zona de trabajo

De espaldas a la zona de estar se instaló el sobrio espacio de trabajo, formado por una estantería de obra, una mesa de madera cuyas patas son caballetes y una silla de respaldo alto. Mesa de madera y lámpara de acero inoxidable, de Luzio. Letra decorativa, de Lu Ink. Silla de ratán, de Becara. Lámpara de trípode con la pantalla negra, de Habitat.

Zona de trabajo

Al fondo, desde la zona de trabajo, se divisa la cocina, sin puerta.

Cocina con office

Alargada y suficientemente amplia para colocar una mesa para cuatro comensales, la cocina centraliza la vida familiar. Los muebles -con frentes lisos y sin tiradores- y la zona de trabajo se eligieron en color blanco, lo que contrasta con la pared lateral pintada en negro y el suelo de pizarra.

Accesorios de la cocina

Logra la calidez con accesorios de cocina en madera.

Muebles de la cocina

Mobiliario, mesa de madera y sillas Plastic Chair, de Vitra, en Bulthaup. Electrodomésticos, Gaggenau.

Pequeño distribuidor

En el rellano de la escalera, frente al dormitorio principal, se habilitó un sencillo recibidor que permite descansar, leer (a los insomnes) y disfrutar de las magníficas vistas. Banco de madera de teca, lámpara de pie y alfombra de fibra, de La Maison.

Dormitorio principal

Presidido por una amplia cama de matrimonio, en el dormitorio principal se optó por el binomio beis y madera. Cabecero de madera diseñado por la decoradora Marta Esteve. Edredón y cortinas, de La Maison. Manta, de Filocolore. Cuadrantes, de Lu Ink. Lámpara, de Biosca & Botey.

Claves decorativas

- Cuando la cama excede la medida habitual (ésta es de dos metros), resulta difícil encontrar un cabecero estándar. Lo mejor es encargar un diseño a medida, como éste firmado por la decoradora, que además, incluye las dos mesillas.

- Si en toda la casa predomina un color, como aquí el blanco, conviene elegir un elemento que rompa esa homogeneidad. Por ejemplo, un cuadro -como éste- que acapara las miradas

Dormitorio juvenil

Sencillo y acogedor, así es este dormitorio situado en la planta inferior, cuya peculiaridad radica en su patio, al que se accede mediante una puerta corredera. Cama de madera lacada en blanco y cortinas de algodón, de La Maison. Armario Big 3, de Carré. Cojín letra M, de Lu Ink. Espejo, de Ikea. Lámpara de pie, de Biosca & Botey. Guirnalda de luces en forma de bolitas blancas, de Natura Casa.

Disfruta del paisaje colocando en las ventanas telas livianas o screen que suavicen la entrada del sol sin impedir el paso de la luz ni ocultar las vistas.

El espejo, protagonista en el baño

El mueble del lavabo está dividido en cuatro cajones ausentes de tiradores. Aunque en esta zona el protagonismo se lo lleva el amplio espejo rústico enmarcado en madera de roble. Lavabos Block, de Cosmic Studio. Espejo, de Natura Casa. Marco de espejo en madera de roble, de venta en Coton et Bois.

Cuarto de baño en blanco absoluto

Sanitarios, muebles, toallas y revestimientos se confabularon para mostrarse en blanco puro. En lugar de bañera se optó por instalar una ducha generosa con un plato a ras de suelo. Revestimiento cerámico Roble Boston, de Porcelanosa. Inodoro y bidé modelo Jarening, de la firma Roca.

PLANO E IDEAS
Hearst Infografía

La costa se divisa desde gran parte de la vivienda; incluso la cocina cuenta con una ventana panorámica que enmarca el horizonte como si fuera un cuadro. En la planta superior se ubicó el dormitorio principal, con su cuarto de baño. La luz mágica del Mediterráneo inspiró a la decoradora Marta Esteve a la hora de personalizar la casa. Algo que se aprecia en la elección de las tapicerías y los revestimientos, en blanco total y madera, que aporta calidez. Lo vemos en muebles y suelos (excepto en la cocina y el vestíbulo, en los que se ha instalado un pavimento de pizarra, fresco y muy resistente).

En todos los cuartos de baño se optó por revestimientos de cerámica y duchas equipadas con espectaculares rociadores de techo, con los que se logra una gratificante sensación de lluvia. Los tonos naturales también son una constante en estos espacios. Además de firmar la decoración de la vivienda, Marta Esteve ha diseñado algunas piezas clave. Es el caso de la chimenea, ubicada estratégicamente en el salón, o el cabecero de la cama del dormitorio principal, que se prolonga en los extremos en forma de mesillas.

La sencillez que impera en la mayor parte de los muebles no quita para que en algún rincón se haya dado concesión a determinadas piezas de diseño, como las sillas de Vitra en la cocina, la butaca Butterfly en el salón o las lámparas de pie repartidas por toda la casa. En definitiva, una segunda residencia agradable por fuera, cómoda por dentro y muy consciente de que sus privilegiadas vistas son su mayor valía.

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