Un refugio en el sur

Los espacios amplios, luminosos y frescos predominan en esta vivienda de la costa gaditana, reformada y decorada para disfrutar del verano. El blanco predomina y multiplica la luz. La decoración de básicos es un acierto.

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Su excelente emplazamiento, junto a la playa, y las magníficas posibilidades que ofrecía esta vivienda adosada de dos plantas, fueron motivos suficientes para que Chavi y Cristina se decidieran a adquirirla. Además, su ubicación, en El Puerto de Santa María, también resultaba idónea ya que llevaban tiempo buscando un lugar cerca de su residencia habitual, en Jerez de la Frontera, donde disfrutar los fines de semana y las vacaciones de verano. Aún así, en un principio consideraron la casa más bien como una inversión alquilándola durante los primeros años hasta que, al final, se decidieron a reformarla.

Gracias a sus profesiones —él arquitecto y ella aparejador— las obras fueron un éxito. Tras mucho pensarlo, se cambió la distribución buscando espacios más amplios, siempre dando prioridad a la luz natural. Por este motivo se instalaron grandes ventanales y puertas correderas de cristal en la planta baja que ahora cuenta con dos salones, uno para el invierno y otro más fresco para el verano. Éste último se instaló en el antiguo garaje; un espacio perfecto ya que, gracias a su orientación, las corrientes de aire permiten que siempre esté fresco. Para lograrlo, en lugar de tabiques se instalaron dos puertas de cristal plegables y enfrentadas, perfectas para crear corrientes de aire si sube la temperatura. Desde aquí se accede a un pequeño jardín delantero —un lugar muy agradable para sentarse a la sombra de los árboles— y a otro trasero, con espacio suficiente para que sus hijos, Javier y Alejandro, puedan jugar sin problemas. En cuanto a la decoración, prima el diseño y la sencillez por encima de todo; paredes y tapicerías blancas en las zonas comunes y muebles en aluminio mate y maderas claras.

Las buenas ideas, prácticas y decorativas, también llaman la atención en muchas zonas de la casa; destaca la escalera que comunica las dos plantas, realizada en madera de pino, con la barandilla de finos barrotes y los peldaños sin trasera, todo con el objetivo de aligerarla e integrarla mejor en el espacio. El hueco que queda debajo de la escalera, aunque pequeño, cumple dos funciones: por una parte la de recibidor, con un perchero de pared, y por otra, como rincón para la música, con unos estantes volados y una pareja de pufs de fibra vegetal. En la planta superior se encuentran los dormitorios que siguen las mismas pautas decorativas que las zonas comunes: tonos relajantes, maderas claras y escasos muebles. Destaca el cuarto de baño principal, revestido por completo en mármol claro y con una estupenda ducha de obra realizada en mármol abujardado. Precisamente en esta zona se instaló un muro de pavés que permite el paso de la luz desde el exterior. 

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Salón de verano

En el antiguo garaje se instaló una zona de estar para el verano. El cerramiento plegable con puertas de cristal y aluminio permite jugar con las corrientes de aire y refrescar el ambiente. Los muebles se eligieron de materiales resistentes. 

En el estar predomina el color blanco

Tanto en tapicerías como en revestimientos. Los perfiles de los ventanales y los estores se eligieron en el mismo tono, con el fin de lograr un ambiente muy fresco. Sofá, de Muebles La Fábrica. Mesa de centro, de Casagrande. Butaca Butterfly, un diseño clásico de Bonet, Kurchan y Ferrari.

En un rincón de la zona de estar

del salón se ubicó una chimenea realizada en hierro forjado, que ayuda a caldear la casa los fines de semana de invierno. La mesa de centro, que combina estructura de aluminio y sobre de cristal, procede de Casagrande. 

En lugar de dos sofás

colocados en ángulo se optó por un modelo blanco con chaise-longue. La nota de color corre a cargo de los cojines y de los cuadros. Sofá, de Muebles La Fábrica.

La escalera, de madera natural, pone una nota cálida en el estar, en el que predomina el color blanco.

Su diseño, muy ligero, con una barandilla de barrotes finos y peldaños sin trasera, evita que resulte visualmente pesada. 

La escalera.

Debajo de la escalera quedaba un espacio perdido que se aprovechó con unas baldas de madera. Ahora es un pequeño rincón para la música y, al mismo tiempo, un coqueto recibidor.

La cocina es la única estancia de la casa en la que predominan los colores vivos.

Los muebles están laminados en un azulón muy vistoso y las paredes pintadas en amarillo. Electrodomésticos de las firmas Zanussi y Teka. El menaje procede de la tienda Casagrande. 

Los colores del dormitorio principal

-lavanda, blanco y verde- forman una combinación relajante y fresca al mismo tiempo, idónea para favorecer el descanso. Colcha blanca de algodón; mesilla de noche en acero y cristal, y cojines, todo de Casagrande. 

En el baño se instaló una encimera de mármol

volada y de poco fondo, con el fin de facilitar el paso. Como espacio de almacén se colocaron unos estantes bajo el lavabo. Las toallas son de Textura. 

La solución

Para favorecer la entrada de luz natural, uno de los muros del cuarto de baño se sustituyó por bloques de pavés. 

Colores relajantes.

Introduce alguna nota de color con detalles en azul. Combina muy bien con los tonos neutros y los muebles de madera. Éstos son: neutro F6.10.70; ocre E8.30.70 y azul T0.20.70; de Bruguer Mix.

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