Un piso fluido y muy organizado
Una reforma cambió la distribución de este piso situado en el madrileño barrio de Chamberí, ganando comodidad y espacio de almacenaje para la familia propietaria.

Esta historia tiene como protagonistas a un joven matrimonio que regresa a su ciudad, Madrid, después de residir muchos años en el extranjero con sus dos hijos. En el barrio de Chamberí encuentran un piso que parecía haberse quedado parado en el tiempo desde que fuera construido, allá por la década de los 60 del siglo pasado. Ellos supieron ver más allá de las habitaciones pequeñas, los pasillos interminables y la distribución complicada y confiar en que algunos cambios lograrían aprovechar al máximo su potencial y encajar a la perfección con ellos. Para convertir este patito feo en el hogar de sus sueños, la pareja acudió al estudio de arquitectura AMÁSL, que con una buena reforma hizo sus sueños realidad.
Lo primero que hicieron fue dividir el piso en dos grandes zonas: una pública, con espacios abiertos, donde se encuentra el salón, la cocina y el comedor; y otra más privada, con los dormitorios y los baños. Uniendo ambas, los espacios de transición que se aprovecharon para colocar baldas y armarios y generar zonas de almacenaje. Las puertas de las habitaciones van hasta el techo, pudiendo ocultarse por completo al estar abiertas, y el suelo de toda la casa es el mismo, para dar continuidad visual. El estudio ha optado por el blanco para toda la casa para crear un lienzo sobre el que sus nuevos inquilinos pueden ir trazando la historia de sus vidas en su nuevo hogar. Esta monocromía está presente en todas las estancias a excepción de los cuartos de los niños, donde un verde impregna las paredes de esperanza. El resultado es una vivienda cómoda, luminosa y acogedora. Un final feliz.
www.estudioamasl.es
Fotos: Carlos Antón
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