Antes de la reforma, el gran atractivo de este piso era su terraza, con vistas a la catedral del Buen Pastor de San Sebastián. Su interior era tan agobiante que lo que más apetecía era salir a tomar el aire a su terraza. En sus 40 metros cuadrados se habían encajado a duras penas un minibaño (de tan solo 1 metros cuadrado), una cocina, un salón, un dormitorio en el que solo entraba una cama y un pasillo. Todo independiente y agobiante. Pero tras pasar por las manos de Proyectos Living, su aspecto cambió radicalmente. El estudio hizo tabula rasa, eliminando tabiques separadores y redibujando su planta con un concepto más abierto y funcional, para convertirlo en un piso de alquiler vacacional. La cocina pasó a compartir espacio con el salón-comedor y, en un altillo, oculto tras unas puertas correderas, un dormitorio más amplio que el anterior bajo el que se encuentra un espacio de almacenaje perfecto para este tipo de vivienda. El baño se amplió al dividirlo en dos: en una parte el lavabo y la ducha y, justo enfrente, el inodoro y la lavadora.
En la decoración, predominan el color blanco y el acabado natural de la madera, el estilo nórdico y las líneas amables. El sofá, de un tono más oscuro y de terciopelo, pone el toque cálido y delimita, sin perder el concepto abierto, la zona del salón. Los accesorios en verde y amarillo y con motivos vegetales, como jarrones, cojines o flores, aportan dinamismo. Un resultado tan acogedor y cómodo que ahora hace más difícil tomar la decisión de salir a comer a la terraza o quedarse en el interior.
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