Un piso abierto y optimista
La luz y el color invaden cada esquina de esta vivienda de la capital rusa. Una reforma con final feliz.

En el piso 25º de una torre de la ciudad moscovita Jimki, una pareja de empresarios encontró el hogar de sus sueños. Bueno, la base sobre la que construirían el hogar de sus sueños, porque el piso de 92 metros cuadrados que compraron no terminaba de satisfacer sus necesidades. "Querían un interior luminoso, moderno y con toques de color. Tan abierto y libre como fuera posible y que a la vez resultara práctico y funcional", explican las diseñadoras Yekaterina Belyakova y Olga Karayani, del estudio Belyakova&Karayani, que han sido las responsables de hacer realidad, reforma mediante, esta larga lista de deseos.
Lo primero que hicieron fue replantear los espacios. La entrada era muy amplia y a su lado se encontraba un baño escaso en metros cuadrados, por lo que la primera estancia cedió terreno a la segunda consiguiendo un cuarto de baño funcional. Lo mismo ocurrió con parte del pasillo, que pasó a convertirse en un frente de armarios para el dormitorio principal. Por otro lado, entre el salón y la cocina se abrió un hueco para lograr mayor sensación de amplitud y conexión visual entre ambas habitaciones, "aumentando la percepción del volumen y creando la sensación de ser un mismo espacio", explican las interioristas.
En la decoración se mezclan el estilo escandinavo con el de loft neoyorquino. Líneas sencillas y amables encuentran su contrapunto en las pinceladas metálicas y en la textura del ladrillo blanco visto. Los colores han jugado un papel fundamental en el proyecto. El gris claro y el blanco que cubre las paredes potencia la luz natural, los tonos vivos de muebles, arte y accesorios dan dinamismo a los ambientes y el color miel del suelo aporta calidez y carácter.
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Fotos: Dina Aleksandrova