"Mente muy abierta, fresca y con influencias de todas partes. Con muchísima personalidad", así describe Bárbara Aurell, la interiorista al frente de Estudio en Blanco, a la pareja que contactó con ella ella para que creara una casa con estas mismas características. Después de vivir cuatro años en China, Marc y Sandra regresaban a Barcelona con Levi, su hijo, y encontraron en el Eixample un piso de suelos de mosaico de Nolla y techos altos recorridos por molduras señoriales que perfecto para comenzar esta nueva etapa. "Lo importante de esta vivienda era que los clientes querían un espacio acogedor sin que fuera recargado. Además el reto fue también mantener y reubicar los muebles que ellos tenían de su vivienda en Shanghái para reubicarlos en este gran espacio y adaptarlos al mobiliario nuevo", explica.
Para lograrlo, Aurell mezcló las piezas que ya tenían con iconos del diseño del siglo XX, muebles heredados, con otros hechos a medida ex profeso y con arte, una de las pasiones de los propietarios. "El mobiliario es totalmente ecléctico y un reflejo de lo que ellos son: clásicos, chic y contemporáneos", afirma. Pero no solo se tuvo en cuenta la estética, también la función. En el salón, la interiorista diseñó un sofá de grandes proporciones y un puf ("que llenan todo el espacio con la intención de hacer grandes siestas y poder estar los dos muy relajados") y el centro lo ocupa una alfombra y dos mesas fáciles de mover, para "dejar a su hijo estar a sus anchas". Así da gusto volver al hogar.
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Primera impresión
En el recibidor, tras el sofá antiguo tapizado en azul añil apoyado, un mueble traído desde China con jarrones antiguos y varios libros. A la cha. sobre el suelo, fotografía de Nina y escultura herencia familiar.
Retiro arty
En la misma estancia, silla de los Emes, lámpara de pie de Serge Mouille y obra de Mikel Belascoain.
Zona de confort
En el salón, un sofá hecho a medida con tela de lino gris y puf a juego. Lámpara de pared de Serge Mouille y de pie de Marset y cuadros de Bruno Ayer.
Cuarto de juegos
Una gran alfombra de Cotlin y dos mesas redondas fáciles de retirar logran que el salón se convierta en un cuarto de juegos para el pequeño Levi.
Efecto mariposa
En el salón, un rincón de lectura con una butaca Butterfly. Al fondo, el comedor.
Trabajo y placer
El comedor hace las veces de espacio de trabajo durante el día.
La buena mesa
En el comedor, mesa a medida diseñada por Espacio En Blanco con sillas tapizadas en gris de Gubi. Mueble de madera antigua y arte herencia familiar a excepción de la obra de flores, que es de Mikel Belascoain.
Cocina
En tonos verdes y con office.
Dormitorio principal
A los pies de la cama, silla Shell de Hans Wegner y lámpara Grasshopper de Greta Grossman producida por Gubi.
Traje a medida
Además de la cama había que incluir una zona de vestidor. Espacio en Blanco diseñó a medida el cabecero que contiene espacio para almacenar y, enfrentado, encontramos el armario.
Siempre a la vista
Junto al dormitorio principal encontramos la habitación del niño.
Kid friendly
"La habitación de Levi, el bebé de la pareja, fue diseñada por la cliente para que el niño pudiera estar por el suelo y jugar. Buscamos objetos decorativos con colores alegres y destacamos la casita de madera que Sandra hizo construir con muchos cojines y colchonetas", explican desde Espacio en Blanco.
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