ImagenSubliminal (Miguel de Guzmán + Rocio Romero)
"Que no hubiera ni tabiques ni puertas convencionales, que no se llegara al techo con nada opaco y, lo más difícil, desorientarse en 50 m2". Estos tres objetivos tan ambiciosos fueron los que se plantearon los integrantes del estudio de Manuel Ocaña cuando a su oficina llegó una joven propietaria con un piso de 51 m2 que quería reformar. "Ella tenía claro que quería madera, baldosas hidráulicas y un tatoo como Beyonce", explican.
Combinar ambas propuestas exigía medidas radicales. El estudio despejó toda la vivienda y trazó nuevas fronteras para las estancias gracias al uso de muebles y mamparas de cristal. Un pilar en el centro del espacio, que en principio podría parecer un inconveniente, se convirtió en su aliado al servir de base para marcar la nueva distribución: una cocina abierta al salón-comedor, un cuarto de baño y un dormitorio. Al fondo, oculto tras una pared de espejos, un volumen oculta la zona más íntima del baño y espacio de almacenaje. Este juego de reflejos y transparencias consigue, por un lado, ampliar visualmente los metros cuadrados y, por otro, juega al despiste con los verdaderos límites de la vivienda.
www.manuelocana.com / www.imagensubliminal.com
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Los 51 metros cuadrados de este piso se han ampliado gracias al uso de paredes de espejo y de cristal.
El estudio de Manuel Ocaña, encargado de la reforma, quería conseguir ampliar los espacios de una forma poco convencional y que nos desorientáramos en tan solo 51m2.
Las nuevas fronteras se delimitaron mediante muebles y mamparas de cristal.
Se emplearon muebles de Ikea, que después se ocultaron con tableros de encofrado.
Detalle de las patas de la mesa del comedor.
La cocina se mantuvo abierta al salón-comedor.
La propietaria quería tener baldosa hidráulica. Los interioristas decidieron isntalarla en la cocina con un rodapiés de espejo: "Con ese suelo otro rodapié no tiene sentido", explican.
El estudio despejó la parte superior de las paredes al instalar mamparas de cristal.
Un pilar en el centro de la vivienda sirvió para trazar la nueva distribución.
Un detalle similar a un tatuaje adorna el pilar central de la vivienda.
Vista del salón y el dormitorio desde el cuarto de baño.
Un volumen forrado con espejos en el exterior oculta las zonas del baño en las que más privacidad se necesitan.
Los pomos de las puertas están totalmente integrados con la estructura.
Detalle de la pared del baño.
La zona de lavabo reflejada en la pared de espejos.
En el dormitorio, unas puertas de espejo ocultan el armario.
Detalle de una de las lámparas.
Fran Muñoz
Redactor jefe digital de Elle Decor, especializado en interiorismo y tendencias de decoración.
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