Una casa de estilo colonial
En este piso de la Costa del Sol se crearon ambientes cálidos con muebles coloniales y se potenció su luminosidad con tapicerías crudas.

Muy luminoso, gracias a su terraza y ventanales, y con magníficas vistas al mar, a este piso situado en la urbanización Miramar del Sol de la localidad de Mijas, Málaga, sólo le faltaba una decoración que estuviera a su altura. Para no caer en los tópicos del estilo playero, tan habitual en las casas de costa, los propietarios encargaron el proyecto de decoración a Gabriel Pérez Estrada.
Los objetivos que se marcaron fueron dos: mantener la luminosidad de la vivienda y crear ambientes acogedores y cálidos. Para conseguir el primero, las paredes se pintaron en un color crudo y se convirtieron en un telón de fondo neutro, tan luminoso como el blanco, pero que no llega a deslumbrar; y para el pavimento, de mármol pulido blanco, se optó por mitigar su acabado brillante y su tacto frío cubriéndolo con alfombras y esteras.
En cuanto al segundo objetivo —la creación de ambientes acogedores— se logró con la calidez que aportan los muebles coloniales, en madera de teca, que predominan en toda la casa. Éstos, que se adquirieron en la tienda La Mandrágora como el resto del mobiliario, se combinaron con tapicerías muy claras y de diferentes texturas, y con ese contraste los ambientes, además de elegantes, resultan más frescos. En el estar, por ejemplo, se utilizó un piqué crudo para tapizar el sofá y se delimitó su espacio con una alfombra de pelo largo, en un tono más tostado; y para el comedor, decorado también con muebles de teca, se dió luminosidad a la madera oscura colocando cojines blancos en las sillas. Aquí, además, se aligeró el peso visual de la mesa con un sobre de cristal y se optó por una alfombra de fibra, más fácil de limpiar que la anterior.
En los dormitorios se mantuvo el estilo del resto de la casa, pero se incorporaron detalles diferentes para personalizar cada uno de ellos. Por ejemplo, en el principal se eligió madera de teca y cuero y en los otros, mobilario de olmo, roten y tapicerías en color teja. También se recurrió a la madera en la cocina, pero se optó por una variedad más clara, como es el haya, para crear sensación de amplitud; aquí, se combinó con un pavimento de gres en color barro, que proporciona más calidez al ambiente. En el baño se garantizó la luminosidad con revestimientos beis, y se dió un toque más actual con una cenefa en color wengué.