Una casa decorada con sello propio
Tras una reforma integral y con una decoración personal, un piso antiguo se ha convertido en una casa moderna, cómoda y muy luminosa.

Lo primero que llama la atención de esta vivienda es la abundante luminosidad de la que disfruta, especialmente el salón. Ésta fue una de las principales razones que impulsaron a sus actuales propietarios a adquirirla. No les importó el estado penoso en el que se encontraba, pues la casa había permanecido muchos años cerrada, y desde su construcción no se había reformado; nada más verla, supieron que tenía muchas posibilidades. La actual dueña, Rut Chicote, se encargaría tanto del proyecto de reforma como de su posterior decoración; dos cuestiones que no le iban a resultar nada complicadas, pues sólo tendría que plasmar su propia experiencia como interiorista.
Un espacio central de concepto abierto, en el que se encuentran salón, comedor, recibidor y la cocina integrada, es el eje de la casa, y donde la familia pasa la mayor parte del tiempo. Junto a una desahogada zona de estar, delante de los ventanales, se ubicaron un rincón de lectura y una mini área de trabajo. Esta división de ambientes permite que cada uno pueda desarrollar la función que le ocupa sin perder el contacto visual con el resto: los niños juegan a sus anchas, mientras los adultos trabajan, leen o cocinan, ya que el momento de preparar la cena dejó de ser una tarea en solitario. Es el espacio perfecto para celebrar cómodamente reuniones con amigos. La casa cuenta, además, con tres habitaciones y dos baños: el dormitorio principal, la habitación infantil y una tercera, que se utiliza como cuarto de invitados y despacho. Para lograr esta nueva distribución, se desplazaron tabiques, se derribaron muros y se instalaron puertas correderas en las habitaciones y en los cuartos de baño.
Así, además de conseguir que la luz circulara libremente, se rentabilizó al máximo la superficie y se logró una sensación de amplitud innegable. Una vez lograda una mejor organización de los metros disponibles, eran necesarios los muebles para hacer de este piso un lugar cómodo para vivir.
La interiorista combinó piezas de diseño con creaciones propias para recrear una estética moderna y personal, muy cuidada. Rut Chicote no sólo imprimió su sello en buena parte del mobiliario —como las mesas del estar y el comedor, que son diseños suyos—, sino también en objetos reciclados y recuperados por ella misma. Como la lámpara de pie del rincón de lectura; la silla del salón o el pupitre de la zona de trabajo.
CLAVES DE LA REFORMA
- Optimizar el espacio, eliminar tabiques, ganar luz y redistribuir los ambientes fueron los objetivos planteados en las obras.
- El salón se amplió al incorporarle la habitación contigua y, gracias a un nuevo ventanal, también ganó luminosidad.
- La nueva cocina es un espacio abierto a la gran zona común, que recibe la luz procedente de la fachada principal. Para ello, hubo que renunciar a un baño y a parte del pasillo.
- Para aprovechar al máximo el espacio y disfrutar de habitaciones más amplias y cómodas, se prescindió de pasillo y recibidor.
- En dormitorios y cuartos de baño, se instalaron puertas correderas de suelo a techo para crear una mayor sensación de altura.
- El suelo original se sustituyó por una tarima de olmo, que aporta la nota cálida a toda la casa.