Ático funcional y acogedor

Tras una reforma ardua, este ático se ha convertido en un espacio acogedor, funcional y sumamente relajante gracias a su juego de alturas y a su acogedora terraza chill out.

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Situado en pleno Barrio de Gracia en Barcelona, este recoleto ático fue en su origen la típica casa de portería, pequeña y olvidada, pero con un potencial increíble por su ubicación y por sus espléndidas vistas. Así lo intuyó el interiorista Anthony Chevalier, director de la agencia creativa Le Dèpartement (www.le-departement.com), quien no dudó en adquirirlo como inversión para transformarlo en un espacio relajante con jardín privado, al más puro estilo de las suites de un resort, propias de destinos vacacionales de alto standing.

Dicho y hecho. La terraza de 30 m2 sufrió una transformación total. Su principal obstáculo, un desnivel del suelo de más de 40 cm, se solventó con la sustitución del pavimento de baldosas por una tarima de madera dispuesta a dos alturas. Esta solución permitió dividir los espacios en varios ambientes: comedor, chill out, salón y solárium. El resultado es un lugar donde la tranquilidad y la privacidad son el leitmotiv.
La remodelación del interior del piso tuvo como fin aprovechar al máximo sus 20 m2 distribuidos en salón/dormitorio, cocina totalmente equipada y cuarto de baño con ducha. Aquí también se solucionaron los desniveles del suelo con escalones en la cocina y en el baño. ¿Y cómo se consigue incluir una zona de dormitorio en un espacio realmente tan pequeño? La solución fue elevar la cocina con el fin de transformar el sofá en una amplia cama que se desliza mediante un ocurrente sistema de raíles. La cocina, además, está equipada con todos los electrodomésticos imprescindibles; bien a la vista, como el microondas, o bien escondidos en lo que simulan ser unos cajones. La lavadora está en un cuarto aparte, al que se accede desde la terraza y donde también se guardan los accesorios de jardinería.
La elección de un mismo pavimento de madera para toda la casa y los estantes volados aportan un toque de ligereza al conjunto a la vez que logran ampliar visualmente sus dimensiones. Ejemplo de ello lo tenemos en el salón y en el cuarto de baño, en el que también se ha jugado con la altura al entrar en la ducha. Las características del ático lo hacen ideal para su alquiler por días a ejecutivos, turistas y a productoras cinematográficas.

Una reforma de altura:

El objetivo de la reforma era doble: por un lado sacar el máximo partido a la terraza privada para convertirla en un oasis de tranquilidad y, por el otro, la remodelación completa del interior con el fin de darle una mejor distribución y mayor amplitud a sus bien aprovechados 20 m2. En ambos casos, el exterior y el interior contaban con importantes desniveles que había que solventar. La solución fue la creación de escalones que, a la vez, permitían la separación de ambientes. La elevación de la cocina facilitó la ubicación de una cama a medida con colchón que, gracias a un sistema de raíles deslizantes, aparece y desaparece tras un murete según la hora del día.  Las paredes pintadas en gris, el suelo de madera y una decoración sin estridencias aportan ese espíritu Zen que tanto se agradece en los entornos urbanos.

Presupuesto:
Carpintería exterior    5.700 €
Pérgola y toldos    10.300 €
Iluminación exterior    1.200 €
Nivelación del suelo y parqué interior    1.850 €
Pintura    3.350 €
Elevación de la cocina    729 €
Instalación luz y agua    3.160 €
Cuarto de baño    3.150 €
Puertas y ventanas    1.630 €
TOTAL    31.069 €

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Estantes lacados

Colocar unos estantes volados en las pequeñas paredes vacías a la entrada de la casa aúna estética y practicidad. Dispón sobre ellos unos libros de viajes o diseño para recrear un ambiente relajado.  Estantes lacados en color Greyhound, de Valentine.

Puertas en tonos gris perla

En la terraza, las puertas de entrada y la del cuarto de la lavadora, con elegantes molduras, se pintaron en gris perla y se enmarcaron en blanco. A ambos lados de la puerta principal, unas copas de
piedra con boj le dan un toque muy chic. En las ventanas, también enmarcadas en blanco, se dispusieron unos toldos enrollables, hechos a medida con tela marina, para resistir la lluvia y el viento.  

Comedor exterior bien protegido

La terraza, generosa, se dividió en varios espacios. Entre ambas puertas y pegado a la pared, se instaló un agradable comedor compuesto por una mesa extensible, un mueble auxiliar y dos sillas plegables. Para evitar el sol directo, se instaló una pérgola volada de madera forrada con tela marina. Sobre ella, un techo inclinado protege de la lluvia y de los rayos UVA. Al fondo, un muro de madera con puerta incorporada dota a la terraza de una mayor privacidad.

Con dos alturas

El importante desnivel en el suelo de la terraza se solventó colocando una tarima de madera con escalón que deja a distintas alturas el comedor, el salón y el solárium de la zona chill out. Junto a la tumbona, un puf de fibra natural se usa tanto de asiento como de mesa auxiliar. Sofá y sillón de resina resistente al sol, de Maisons du Monde.

Cortinas livianas

Alrededor de la estructura de la pérgola se instalaron unas cortinas livianas que, cuando vuelan con el viento, transmiten una sensación de paz. Para evitar que se muevan demasiado, conviene colgar unos pesos en los extremos inferiores. A continuación del salón, una tumbona con colchoneta y cojines invita a tomar baños de sol durante el día y a relajarse por completo durante la noche.
Una desenfadada zona chill out. Alfombras de fibra natural y un juego de mullidos cojines dispersos en el suelo conforman el espacio hippy chic de la terraza. Unos bustos vintage de Buda en madera escupida y unas velas perfumadas, colocadas en lugares estratégicos, son las piezas decorativas imprescindibles para crear una atmósfera nocturna pesidida por el espíritu Zen. Cojines y alfombras, de Calma House.

Apliques en la fachada

Apliques en la fachada, focos led empotrados en el escalón, una mesa cubo con luz junto al sofá y las románticas velas diseminadas por el suelo y en el alféizar de las ventanas son los encargados de iluminar los distintos espacios de la terraza y crear un ambiente agradable, cálido y relajante. El murete lateral se pintó de blanco, en contraste con el gris del sofá. Sobre toda la longitud del mismo se añadió un panel de madera con el fin de tener una mayor privacidad en el interior de la terraza y preservar la intimidad de las miradas ajenas, a la vez que se disfruta de las maravillosas vistas de la ciudad

Lámpara de techo

El interior del ático se pintó en un tono gris suave, que contrasta con el blanco del techo y de los rodapiés; mientras, en el suelo se optó por un parqué de madera.Grises, tostados y algún toque de negro son las tonalidades elegidas en toda la casa, ejemplo de ello lo vemos en la decoración de este coqueto salón. Pintura Greyhound, de Valentine. Lámpara de techo, de Cottage Little House.

El sofá se convierte en cama y viceversa

Gracias a un sistema de canapé instalado sobre raíles y ruedas, el sofá se convierte en cama y viceversa en un abrir y cerrar de ojos. Lo mejor es que cuenta con un colchón real que permite un verdadero descanso nocturno. El somier se levanta fácilmente y deja un espacio de almacenaje perfecto para guardar la ropa de cama. Cojines en tonos tostados adquiridos en Calma House.  

Cabecero en lino capitoné

Una vez recogido el colchón, la cama se transforma en un cómodo sofá. El respaldo y cabecero de cama está hecho a medida y tapizado en lino capitoné. Junto al sofá, unos peldaños volados e iluminados con led dan paso a la cocina, dispuesta en un nivel superior y oculta por el murete donde se apoya el sofá. 

Azulejos de cerámica tipo metro

¡Quién lo iba a decir! En esta cocina hay de todo: nevera, congelador, lavavajillas... Lo que parecen cajones, en realidad, esconden electrodomésticos. En la parte superior se ubicaron armarios para almacenar y el horno microondas y en medio,
el fregadero, la vitrocerámica y la campana extractora con iluminación led. En el frente, azulejos de cerámica tipo metro en negro brillante, de Azul Acocsa.

Suelo de madera

Frente a la puerta de entrada se colocó un estante volado a modo de escritorio para ganar espacio. El sobre se cubrió con un cristal ahumado que aporta elegancia. Sobre la mesita, suspendido en la pared, se ubicó el televisor con brazo giratorio que permite ver la pantalla desde cualquier ángulo del salón. Taburete con funda de lino y ribete negro, hecho a medida. El suelo del baño, de madera. Con el objetivo de ampliar visualmente las dimensiones de
la casa, se instaló parqué de madera, incluso, en el cuarto de baño. No obstante, en esta zona, la madera se trató para que resistiera la humedad propia de esta estancia. Al fondo del baño, en otro nivel, se instaló la ducha, con cerramiento acristalado, y a la que se accede mediante
un peldaño volado. Junto a ella se encuentra el cuarto de la lavadora, al que se accede por una puerta desde la terraza.

Dos repisas voladas de madera

Dos repisas voladas de madera tratada hacen de mueble de baño. Unas cestas de mimbre sirven de almacenaje. Sobre la encimera se colocó el lavabo, exento con grifería empotrada, y en la pared, un espejo con leds. Cerámica esmaltada, de Azul Acocsa. Grifería, de The Bath Point.

Plano del ático

Plano del ático

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